Adiós querido Huber Matos
Rogelio y Huber
Nunca escribo para complacer a los extremos, escribo por necesidad y por vencer mis miedos, miedos que un día me llevaron, por mucho tiempo, tras las rejas.
No quería, no debía y no podía dejar de dar mi último adiós a Huber Matos, este domingo. Mi trabajo me impidió ir temprano, tarde llegué, pero fui y quedé bien conmigo.
Al llegar a la funeraria mi instinto me dio por mirar una y otra vez a Rogelio, uno de los hijos de Huber, me trasladé en el tiempo y pensé en mi hijo, vivió algo similar a lo de Rogelio, la historia se repite generación tras generación y quien más sufre son ellos, la gente de nuestro pueblo, los hijos de quienes se rebelan contra el sistema totalitario.
Conversamos por un rato y se nos unió Miguel Martínez, un hermano de causa y muy comprometido con la lucha por lla libertad de nuestra patria. El tema que nos ocupó fue el de siempre, Cuba.
Muchos cubanos cuestionan al legendario comandante, muchos en su mayoría les falto el valor de hacer los que él hizo, terminar con lo que había comenzando. Pero eso no es lo más importante, lo importante es que hasta el fin de sus días continuó su lucha y eso es lo que más respeto.
Huber siempre me aportó historia, inteligencia y mucha, mucha tolerancia.
Mi último recuerdo de Huber no es una conferencia juntos, tampoco en el ataúd, mi último recuerdo es:
No quería, no debía y no podía dejar de dar mi último adiós a Huber Matos, este domingo. Mi trabajo me impidió ir temprano, tarde llegué, pero fui y quedé bien conmigo.
Al llegar a la funeraria mi instinto me dio por mirar una y otra vez a Rogelio, uno de los hijos de Huber, me trasladé en el tiempo y pensé en mi hijo, vivió algo similar a lo de Rogelio, la historia se repite generación tras generación y quien más sufre son ellos, la gente de nuestro pueblo, los hijos de quienes se rebelan contra el sistema totalitario.
Conversamos por un rato y se nos unió Miguel Martínez, un hermano de causa y muy comprometido con la lucha por lla libertad de nuestra patria. El tema que nos ocupó fue el de siempre, Cuba.
Muchos cubanos cuestionan al legendario comandante, muchos en su mayoría les falto el valor de hacer los que él hizo, terminar con lo que había comenzando. Pero eso no es lo más importante, lo importante es que hasta el fin de sus días continuó su lucha y eso es lo que más respeto.
Huber siempre me aportó historia, inteligencia y mucha, mucha tolerancia.
Mi último recuerdo de Huber no es una conferencia juntos, tampoco en el ataúd, mi último recuerdo es:
LA LUCHA CONTINÚA
Por Pablo Pacheco Ávila
Periodista, expreso politico del grupo de los 75
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