Heridas de guerra
Las guerras libradas en África han quedado como heridas abiertas en la
memoria de muchos cubanos. Angola y Etiopía son nombres que traen
tristeza a miles de personas que perdieron a algún familiar en esas
contiendas libradas en el extranjero, a donde muchos fueron obligados a
ir, mientras el gobierno de La Habana en sus oficinas jugaba a hacer
estrategias sobre extensos mapas.
No se trató de ayudar a un pueblo a conseguir su libertad, sino de cumplir una orden de Fidel Castro, quien tiene vocación por el protagonismo y la confrontación. Si se observan algunos hechos históricos, es fácil darse cuenta de que el ex presidente cubano quiso siempre que Cuba estuviese en medio de algún conflicto. Y cada vez que contó con la ayuda de los soviéticos, no dudó en poner por delante las vidas de muchos soldados, como pasó en África: los rusos pusieron el material y los cubanos pusieron los hombres.
¿Qué ganó Cuba con esas guerras injerencistas? Algunos dirían que cierto prestigio internacional, otros que la amistad de los angoleños, por ejemplo. ¿Quién o qué compensa a quienes perdieron un hermano, un padre, un hijo?
Triste es, también, que los veteranos de tantas batallas, que sufrieron las adversas condiciones de los combates en suelo africano, hoy anden por las calles sin más gloria que una medalla de calamina. De África, ese continente tan lleno de riquezas, lo que se trajo a Cuba fueron muertos, mutilados, gente con severos trastornos mentales como estrés postraumático y depresión –algunos terminaron suicidándose–, o enfermedades como el sida.
Cuba no tenía nada que ir a buscar allá.
En cambio, hoy los viejos líderes de la Revolución hablan de paz y condenan las guerras. Critican a EE.UU. por las conflictos armados de Afganistán e Iraq y los efectos que han tenido sobre el pueblo norteamericano, así como califican de injerencia la política “occidental” sobre Siria o Ucrania, por sólo citar un par de casos. Por supuesto, los aliados del régimen no son injerencistas, y de esa forma las tropas rusas (ex soviéticas) clasifican como “estabilizadoras” mientras las norteamericanas son meramente “imperiales”. La forma en que la prensa oficial manipula la opinión pública es escandalosa.
Jamás hablarán de los problemas que acarreó la intromisión de Cuba y su auspicio soviético en guerras en el extranjero. Hoy uno puede toparse en la calle con cubanos visiblemente afectados por esas políticas intervencionistas. Algunos han podido seguir adelante con sus vidas, pero lo han hecho sin el menor reconocimiento al tremendo sacrificio que se les exigió, después del cual habían perdido quizá la mejor parte de sí mismos.
No sirve de nada que en los medios oficiales, cada año, se realice un recordatorio sobre las guerras de África. No compensa a los veteranos que se hagan películas y se realce el valor de las tropas cubanas. En las guerras sólo hay perdedores, sobre todo si son por causas ajenas.
No se trató de ayudar a un pueblo a conseguir su libertad, sino de cumplir una orden de Fidel Castro, quien tiene vocación por el protagonismo y la confrontación. Si se observan algunos hechos históricos, es fácil darse cuenta de que el ex presidente cubano quiso siempre que Cuba estuviese en medio de algún conflicto. Y cada vez que contó con la ayuda de los soviéticos, no dudó en poner por delante las vidas de muchos soldados, como pasó en África: los rusos pusieron el material y los cubanos pusieron los hombres.
¿Qué ganó Cuba con esas guerras injerencistas? Algunos dirían que cierto prestigio internacional, otros que la amistad de los angoleños, por ejemplo. ¿Quién o qué compensa a quienes perdieron un hermano, un padre, un hijo?
Triste es, también, que los veteranos de tantas batallas, que sufrieron las adversas condiciones de los combates en suelo africano, hoy anden por las calles sin más gloria que una medalla de calamina. De África, ese continente tan lleno de riquezas, lo que se trajo a Cuba fueron muertos, mutilados, gente con severos trastornos mentales como estrés postraumático y depresión –algunos terminaron suicidándose–, o enfermedades como el sida.
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Por Víctor Ariel González
Fuente: Bloqueo informativo al pueblo cubano, suplemento de La Nueva República
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• “Senado ruso aprueba envío de tropas estabilizadoras a Ucrania” Diario Juventud Rebelde, 02 de marzo de 2014, pág.7
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