La misión de Yoani
Por Vicente Echerri
La gira internacional de la bloguera cubana Yoani Sánchez podría compararse a esos fenómenos meteorológicos que según se desplazan aumentan en fuerza e intensidad. Su llegada a Nueva York la semana pasada, donde participó en varios foros académicos, así como su visita este martes en el Congreso de Estados Unidos, lejos de debilitar su testimonio o fatigar su exposición, han servido para añadirle peso y pertinencia. Es de esperar que los sitios que aún le faltan por visitar antes de regresar a La Habana contribuyan a amplificar y a perfilar aún más su mensaje, a convertirlo en un instrumento más eficaz y contundente en la lucha por los derechos de todos los cubanos y por la restauración de la sociedad civil en nuestro país de origen. Aunque ella está consciente de su papel y de sus tareas, el movimiento que ha puesto en marcha y la resonancia que ha empezado a tener y que tendrá –potenciado ahora mismo por su presencia en tan diversos escenarios– es posible que exceda sus propias expectativas y, desde luego, las de muchos de nosotros.
Sánchez no se define como una figura política, ni es fundadora de ningún partido ni encabeza ningún movimiento revolucionario. Es esencialmente una comunicadora, alguien que agobiada, como tantos cubanos, por la falta de libertad de expresión, decidió que, a riesgo de buscarse la enemistad de los que mandan, valía la pena informarle al mundo lo que pasaba a diario en esa atmósfera de asfixia que es Cuba. El resultado fue el blog “Generación Y” que, en poco tiempo, se convirtió en una prestigiosa plataforma y en un referente para estudiosos y analistas de lo cubano. Esa labor periodística, que era el resultado de un llamado personal ante una urgente necesidad social, le ha ganado a Yoani varios reconocimientos internacionales y, al mismo tiempo, el furioso encono del régimen al que denuncia. El resultado ha sido un acendramiento y una radicalización de su mensaje.
Muchas cosas sorprenden en esta mujer menuda y afable. Una de ellas es la precisión casi clínica de su lenguaje, en el que se aprecian, con alivio, la ausencia de los verbosos circunloquios sobrados de frases pomposas y huecas que tanto han abundado en el discurso sobre Cuba y su nefasta revolución. Yoani se expresa con claridad, con sencillez y con parquedad; pero, al mismo tiempo, con profunda convicción y exactitud. Escuchándola el pasado viernes en su coloquio introductorio en la Universidad de Nueva York –que dio inicio a tres jornadas sobre el tema de la comunicación en Cuba–sorprendían su serenidad y precisión. Ni una sola vez perdió la ecuanimidad ante las preguntas tendenciosas o francamente hostiles de algunos asistentes, pero ni una sola vez dejó de hacer trizas esos argumentos, verdaderos truísmos de una izquierda intelectualmente harapienta.
No es concebible, sin embargo, que Yoani Sánchez –no obstante su empeño de atenerse a su papel de informadora y comentarista de la realidad cubana– pueda evadir el destino político que se deriva de su propio quehacer y hacia el cual se le ve gravitar. Su anunciado proyecto de fundar, a su regreso a Cuba, una publicación que desafíe el monopolio estatal de la información es, de suyo, encomiable, pero de seguro que servirá para empujarla a asumir –casi sin advertirlo y pese a su manifiesta renuencia– el papel que ella querría evadir.
En una sociedad tan politizada, gracias a la aplicación de los métodos totalitarios por más de medio siglo, sería ingenuo pensar que sus críticos más notorios podrían dejar de ser personalidades políticas. En su función de intérprete de la realidad del pueblo de Cuba, de portavoz de sus elementales carencias, de reclamante de sus libertades fundamentales, Sánchez ha rebasado necesariamente el terreno del mero informador o denunciante para convertirse en gestora del tipo de sociedad que aspira para su país. Como ha probado sobradamente en esta gira y más allá de su talento periodístico, está llamada a cumplir una misión política a favor de su pueblo. ¡Ojalá siempre sepa y pueda estar a la altura de ese cometido!
Reproducido de El Nuevo Herald
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5 comments:
Esta nena dice no ser politica,pero es lo unico que ha hecho en su gira,y muy de la forma siempre usada por ls castros: el doble discurso.Habla, segun el tipo de audieencia.A hecho su muy buen papel de representante de los deseos e ideas de "sus jefes"
23 de marzo de 2013, 11:30Ya da verguenza que el exilio cubano(y no hablo solo del de Miami,sino, del exilio cubano en general) no tenga una figura conocida y representativa,que como Yoani,vaya por el mundo,contrarestando y desmintiendo,las bondades de aquel sistema.
Siempre los castros pisando alante.
Buena mierda, una mercenaria desgastada
23 de marzo de 2013, 11:38No entiendo la claridad con que se comunica Yoani cuando ha dicho cosas tremendamente contradictorias. Es un globo Yoani, que se quiera utilizar como enlace para las conveniencias esta bien, hay que ser moderado con quien es moderado, pero por favor, eso de que le va a abrir los ojos a los ciegos, de que va a develar la realidad que nadie nunca ha visto... es cuentina, es un cascaron para tapar la esencia de su visita, el mensaje que lleva de parte de Raul Castro a los congresistas...no todos somos bobos, vivi en el monstruo y se como trabaja...entrevistas a puertas cerradas en Nueva York... expliquenme. Pero esta bien, le damos el beneficio de la duda, no me importa que sea una mensajera del regimen, entonces hay que creer de que el regimen tiene un programa de cambio y esperar pòr el... esperar a que los nuevos capitalistas que ya controlan al pais se lo acaben de robar todo y vendan al pais dejando al pueblo hundido en la miseria.
23 de marzo de 2013, 11:59Eso no a pasado por la misma razon de siempre, desconfianza entre los mismos cubanos, la ignorancia a las estrategia del régimen, y la ambición a lo material y no el amor al progimo como al amor propio al pueblo de cuba.
23 de marzo de 2013, 13:03Lo cierto, lo cierto es que las palabras de Yoani no son ignoradas pues han hecho que algunos de los dirigentes cubanos empiecen a utilizar Twitter y hasta consideren hablar de las redes sociales en la tan odiada mesa redonda.
23 de marzo de 2013, 22:51Publicar un comentario