Aparece en el New York Times protesta de cuentapropistas en Holguín
Vendedores cubanos, en una jugada inusual, escenifican una protesta
Por DAMIEN CAVEJAN. 23, 2014
Ciudad de México — En una manifestación inusual de disidencia pública, decenas de artesanos cubanos y vendedores protestaron en la ciudad de Holguín esta semana, marchando a las oficinas del gobierno local y exigiendo el derecho al trabajo sin hostigamiento del gobierno, dijeron testigos.
La marcha, — que tuvo lugar el martes en una capital provincial a sólo aproximadamente una hora de la casa de infancia de Fidel y de Raúl Castro — fue una respuesta sorprendente y espontánea a una represión más temprana en el día en un mercado local, dijeron los vecinos. Los inspectores haciendo cumplir las normas que prohíben a los trabajadores autónomos la venta de productos que son importados o posiblemente sustraídos de las tiendas del gobierno confiscaron una variedad de artículos a varios vendedores, provocando que ellos y muchos otros salieran a las calles.
Algunos vecinos dijeron en entrevistas telefónicas que la protesta fue sólo de un puñado de personas que eran delincuentes con quejas no válidas. Otros, especialmente a aquellos que se identificaron como opositores al gobierno, dijeron que había 100 a 150 manifestantes, a quienes describieron como gente valiente y enojada con justificación.
Por DAMIEN CAVEJAN. 23, 2014
Ciudad de México — En una manifestación inusual de disidencia pública, decenas de artesanos cubanos y vendedores protestaron en la ciudad de Holguín esta semana, marchando a las oficinas del gobierno local y exigiendo el derecho al trabajo sin hostigamiento del gobierno, dijeron testigos.
La marcha, — que tuvo lugar el martes en una capital provincial a sólo aproximadamente una hora de la casa de infancia de Fidel y de Raúl Castro — fue una respuesta sorprendente y espontánea a una represión más temprana en el día en un mercado local, dijeron los vecinos. Los inspectores haciendo cumplir las normas que prohíben a los trabajadores autónomos la venta de productos que son importados o posiblemente sustraídos de las tiendas del gobierno confiscaron una variedad de artículos a varios vendedores, provocando que ellos y muchos otros salieran a las calles.
Algunos vecinos dijeron en entrevistas telefónicas que la protesta fue sólo de un puñado de personas que eran delincuentes con quejas no válidas. Otros, especialmente a aquellos que se identificaron como opositores al gobierno, dijeron que había 100 a 150 manifestantes, a quienes describieron como gente valiente y enojada con justificación.
"El gobierno revocó sus licencias y se llevaron sus recursos, su trabajo," dijo un disidente local que se negó a ser nombrado por temor a represalias. Agregó que varios manifestantes fueron golpeados cuando se enfrentaron a las autoridades, y que por lo menos tres personas fueron detenidas y luego liberadas. "Es una de las cosas más importantes que han ocurrido en Cuba en 54 años", dijo. "Fue una protesta de los trabajadores; no de disidentes. Los apoyamos, pero no organizamos esto".
Los analistas difieren sobre el significado de la protesta. Algunos señalaron que el grupo de promoción de la protesta, con un video de YouTube mostrando supuestamente manifestantes gritando "Queremos trabajar," es conocido por su militancia anticastrista y posiblemente infiltrado por las fuerzas de seguridad cubanas.
El video muestra las marchas en las calles de Holguín, fue subido por CID, el grupo que promueve la protesta.
Pero incluso vecinos simpatizantes del gobierno en Holguín — incluyendo un taxista y un empleado en un hospital cerca del mercado — reconocieron que la protesta se produjo y fue dirigida por personas con licencia para trabajar para ellos mismos (cuentapropistas) como parte de un esfuerzo limitado de Cuba para alentar el empleo privado.
Ted Henken, profesor en Baruch College y Presidente de la Asociación para el Estudio de la Economía Cubana, dijo que cualquier revuelta de trabajadores en Cuba, por pequeña que sea, refleja la frustración con la tentativa de Raúl Castro para mejorar la economía comunista de la nación a través de aperturas económicas calculadas y cautelosas. Aunque unos 445.000 cubanos trabajan ahora legalmente para ellos mismos, según cifras del gobierno, el crecimiento entre los trabajadores autónomos ha tocado techo y las quejas contra regulaciones más estrictas han estado creciendo durante meses.
"Ha sido hasta ahora bastante fácil para el gobierno descartar o difamar a la mayoría de los disidentes dados su escaso número y falta total de exposición en los medios de comunicación," dijo el Sr. Henken. "Será mucho más difícil controlar y contener todos los días a los ciudadanos que están protestando no sobre la falta de libertades políticas, sino por su creciente frustración con el ritmo tira y encoje de las supuestas reformas económicas de Raúl".
Paulina Villegas contribuyó en este reportaje
Cuban Vendors, in Rare Move, Stage a Protest
By DAMIEN CAVEJAN. 23, 2014
MEXICO CITY — In a rare demonstration of public dissent, dozens of Cuban artisans and vendors protested in the city of Holguín this week, marching to local government offices and demanding the right to work without government harassment, witnesses said.
The march — which took place on Tuesday in a provincial capital just an hour or so from Fidel and Raúl Castro’s childhood home — was a surprising and spontaneous response to a crackdown earlier in the day at a local market, residents said. Inspectors enforcing rules prohibiting the self-employed from selling products that are either imported or possibly pilfered from government shops confiscated a variety of items from several sellers, prompting them and many others to take to the streets.
Some residents said in telephone interviews that the protest involved just a smattering of people who were lawbreakers with invalid complaints. Others, especially those who identified themselves as government opponents, said there were 100 to 150 protesters, whom they described as brave and justifiably angry.
“The government revoked their licenses and took away their resources, their work,” said one local dissident who declined to be named for fear of reprisals. He added that several protesters were beaten when confronted by the authorities, and that at least three people were detained and then released. “It’s one of the most important things to have happened in Cuba in 54 years,” he said. “It was a protest by workers; it wasn’t dissidents. We support them, but we didn’t do this.”
Analysts differed on the significance of the protest. Some noted that the group promoting the protest, with a YouTube video supposedly showing marchers shouting “We want to work,” is known for being militantly anti-Castro, and possibly infiltrated by Cuban security forces.
Video purporting to show street marches in Holguín uploaded by CID, the group promoting the protests.
But even pro-government residents in Holguín — including a taxi driver and an employee at a hospital near the market — acknowledged that the protest occurred and was led by people licensed to work for themselves as part of Cuba’s limited effort to encourage private employment.
Ted Henken, a professor at Baruch College and president of the Association for the Study of the Cuban Economy, said that any worker revolt in Cuba, however small, reflects frustration with Raúl Castro’s attempt to improve the nation’s communist economy through calculated, cautious economic openings. Though around 445,000 Cubans now legally work for themselves, according to government figures, growth among the self-employed has plateaued and complaints about stricter enforcement have been growing for months.
“It’s been so far fairly easy for the government to dismiss or defame most dissidents given their small number and total lack of exposure in the mass media,” Mr. Henken said. “It will be much harder to control and contain everyday citizens who are protesting not about the lack of political freedoms but over their rising frustration at the on-again-off-again pace of Raúl’s so-called economic reforms.”
Paulina Villegas contributed reporting.
The march — which took place on Tuesday in a provincial capital just an hour or so from Fidel and Raúl Castro’s childhood home — was a surprising and spontaneous response to a crackdown earlier in the day at a local market, residents said. Inspectors enforcing rules prohibiting the self-employed from selling products that are either imported or possibly pilfered from government shops confiscated a variety of items from several sellers, prompting them and many others to take to the streets.
Some residents said in telephone interviews that the protest involved just a smattering of people who were lawbreakers with invalid complaints. Others, especially those who identified themselves as government opponents, said there were 100 to 150 protesters, whom they described as brave and justifiably angry.
“The government revoked their licenses and took away their resources, their work,” said one local dissident who declined to be named for fear of reprisals. He added that several protesters were beaten when confronted by the authorities, and that at least three people were detained and then released. “It’s one of the most important things to have happened in Cuba in 54 years,” he said. “It was a protest by workers; it wasn’t dissidents. We support them, but we didn’t do this.”
Analysts differed on the significance of the protest. Some noted that the group promoting the protest, with a YouTube video supposedly showing marchers shouting “We want to work,” is known for being militantly anti-Castro, and possibly infiltrated by Cuban security forces.
Video purporting to show street marches in Holguín uploaded by CID, the group promoting the protests.
But even pro-government residents in Holguín — including a taxi driver and an employee at a hospital near the market — acknowledged that the protest occurred and was led by people licensed to work for themselves as part of Cuba’s limited effort to encourage private employment.
Ted Henken, a professor at Baruch College and president of the Association for the Study of the Cuban Economy, said that any worker revolt in Cuba, however small, reflects frustration with Raúl Castro’s attempt to improve the nation’s communist economy through calculated, cautious economic openings. Though around 445,000 Cubans now legally work for themselves, according to government figures, growth among the self-employed has plateaued and complaints about stricter enforcement have been growing for months.
“It’s been so far fairly easy for the government to dismiss or defame most dissidents given their small number and total lack of exposure in the mass media,” Mr. Henken said. “It will be much harder to control and contain everyday citizens who are protesting not about the lack of political freedoms but over their rising frustration at the on-again-off-again pace of Raúl’s so-called economic reforms.”
Paulina Villegas contributed reporting.
Regresar al blog CubaCID
Regresar a página central CubaCid.org
Visitenos en | cubacid.org |
Desde Cuba | cubacid.blogspot.com |
Ultimo Congreso | elultimocongreso.lavozdelcid.com |
Patria Pueblo y Libertad | patriapuebloylibertad.blogspot.com |
Huber Matos | comandantehubermatos.blogspot.com |
Siguenos en: |
2 comments:
La revolucion de los jasmines en Tunesia comenzo con el atropello de un pobre vendedor ambulante por los esbirros de Ben Ali en una pequena aldea perdida. El joven se dio candela porque la policia le habia incautado las baratijas de las que vivia.
25 de enero de 2014, 15:53Unos dias despues, a la muerte de este joven, el pueblo se echo a la calle y Ben Ali tuvo que irse del pais...
No jodas, y en cuba quien se va a dar candela, estupido, los q buscan ese protagonismo quieren disfrutar los dolares de la CID y otros comemier:-) das q siguen
8 de febrero de 2014, 10:08''Trabajando'' para cambiar a cuba.
Publicar un comentario