sábado, 11 de abril de 2015

DICTADURAS DEL SIGLO XX Y DICTADURA DEL SIGLO XXI


“Una dictadura es un estado en el que todos temen a uno y uno a todos. Alberto Moravia”

El siglo XX fue un siglo de ideas donde los gobiernos “fuertes” se convirtieron en dictaduras tanto de izquierdas como de derechas (al menos así se auto-nombraban aunque en realidad sus valores eran constantemente vapuleados a izquierda como a derecha). Esas dictaduras y sus ideas terminaron por afrontarse directamente durante la II Guerra Mundial.

Así se vio las dictaduras de izquierda comunista: Stalin (“padre de los pobres” como le decían en Francia) contra las de derecha, Hitler y Mussolini representando el fascismo. Curiosamente la historia llevó a los aliados (demócratas como Inglaterra y Estados Unidos) a olvidar y poner de un lado los crímenes de Stalin con el fín de ganar la guerra contra el EJE (Alemania, Italia y Japón). La Guerra fría llegaría más tarde para poner los relojes a la hora y los hechos de acuerdo a las ideas: de un lado las democracias parlamentarias y multipartidistas del otro las democracias sociales dirigidas por un solo partido que controlaba la economía y la política.

¿Y en América Latina, que pasaba entretanto?

Nuestro hemisferio siguió la traza de lo que sucedía en Europa y el mundo. Hubo gobiernos autoritarios de izquierda (algunos no llegaron a transformarse en dictadura como fue el gobierno de Jacobo Arbenz en Guatemala y Salvador Allende en Chile, Getulio Vargas en Brasil llamado (como Stalin) el padre de los pobres.  En realidad estos gobiernos eran ya de tipo “populista” como fue sin duda alguna el más típico de todos: Juan Perón que creo en el pueblo argentino el gusto por las dinastías (como se ve aun con los Kirchner…mezcla de ideas de izquierda y hechos de derecha (en particular la corrupción). Se distingue en ese grupo la verdadera dictadura de izquierda en Perú del General Alvarado (1968-1979) en la cual por primera vez el ejército juega un papel contra las oligarquías nacionales. Méjico es un caso particular donde un solo partido (el PRI) consiguió establecer su poder durante años con un discurso de izquierda y una política de derecha. 

También hubo muchas, muchísimas dictaduras de derecha: Leónidas Trujillo en Santo Domingo, François et Jean-Claude Duvalier (otro Papa-Doc.) en Haití, Augusto Pinochet en Chile, la sangrienta dictadura de Alfredo Stroessner, quien gobernó el Paraguay durante treinta y cinco años, desde 1954 hasta 1989, en Nicaragua la dinastía de los Somoza terminó con una revolución, como en Argentina y Cuba con Fulgencio Batista que con la emergencia de la Revolución Cubana sitúa Cuba en el epicentro de los movimientos revolucionarios de izquierda en América Latina y en parte del mundo (particularmente África).

¿Cuáles eran las características de estas dictaduras del siglo XX?

1. Respondían a una etapa agitada del país y a una crisis económica (creadas por fuerzas externas o internas.

2. Surgían líderes populistas y carismáticos que prometían un cambio radical  y al mismo tiempo absorbían todo el Poder Político-militar) con el fin  de  dominar todos los parámetros del país. 


3. Obtenían fácilmente el apoyo logístico y material de los Estados Unidos (excepto Cuba) a partir del momento de luchar contra el comunismo.

4. Había una gran persecución de la oposición con violaciones flagrantes de los Derechos Humanos, sobre todo cuando se trata de modificar las leyes para que el líder permaneciera en el poder.

5. Tenían el apoyo de las oligarquías nacionales (existentes o creadas por el mismo Poder (como la nomenclatura o los grupos militares industriales).

6. Tenían organizado un sistema de corrupción que, a medida que el poder se iba, alargando era cada vez más asfixiante y menos productivo (con las nuevas bocas que llegaban).

¿Cuáles son las características de las dictaduras del siglo XXI?

Con la llegada de una nueva política de los Estados Unidos (en los años 80), los países de América Latina se transforman poco a poco en democracias (reales o de cartón) con el fin de mantener la ayuda técnica y financiera indispensable para la supervivencia del Poder. Vemos así surgir un nuevo tipo de sistema político y social híbrido (de izquierda o de derecha) donde desaparecen todas las ideologías y las políticas de izquierda o derecha para dar paso a una única finalidad política: la de perpetuarse en el poder.

Es así como vemos la democracia en Venezuela, la de Correa en Ecuador, la de Morales en Bolivia, en Argentina, en Brasil (donde el poder se deja en manos de un aliado que cubrirá los desfalcos financieros), en Nicaragua, transformada en “empresa familiar”.

Es una nueva clase de dictadura, que yo llamaría: las dictaduras empresariales comanditarias. Empresariales ya que su papel es hacer beneficios, comanditarias porque la propiedad está limitada por una sola persona.

Felizmente (para esos nuevos sistemas híbridos) cuando la política americana exigió democracia contra dólares, estos vinieron bajo la forma de una ayuda masiva del petróleo venezolano: Hugo Chávez compro así las ideas de los países en América Latina y los ayuda a perpetuarse en el poder. A condición de sostenerlo en su ambicioso proyecto de ser el nuevo Fidel Castro, el padre de los pobres. 

Lamentablemente (para ellos) la historia no se escribe como algunos quisieran y la muerte de Chávez sumada a la indigente y estúpida política de Nicolás Maduro, hacen que para perpetuarse en el poder, esa nueva clase de dictador-empresarial, tenga que recurrir al antiguo enemigo. Por eso vinieron todos a la VII Cumbre en Panamá…

Entre esas dictaduras empresariales y dinásticas, la de los hermanos Castro Ruz se distingue no tanto por su longevidad (¡casi 60 años contra los 35 años de Stroessner en Paraguay!) sino sobre todo por haber llevado “su empresa” (Cuba) a la quiebra total.

El 16 de marzo de este año llegó a La Habana un personaje que los cubanos temen más que a los yanquis y que pasó desapercibido: Bruno Bezard es el jefe del Club de Paris que reúne los países a los cuales Cuba debe más de 16,000 millones de dólares. No se sabe que hicieron Fidel y Raúl con ese dinero pero eso significa que cada cubano le debe al mundo libre más de 1450 dólares, es decir varios meses de trabajo.

En consecuencia, para poder perpetuarse en el Poder los Castro y familia tienen imperativamente que buscar oxígeno donde sea, ya que “Papa Chávez” se murió y nadie cree que esa empresa pueda sobrevivir con esos dictadores-empresariales al frente del negocio. ¡Ni ellos mismos se lo creen!

Por Francisco Condis y Troyano 

Profesor Emérito de Economía (Universidad Católica de Lovaina Bélgica)
Ex Consejero del Ministerio de Industria en Polonia.

Representante en Europa Central de Cuba Independiente y Democrática (CID).


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