Hillary Clinton se contradice
En su nuevo libro, la ex-ministro de Estado Hillary Clinton dice que trató de convencer al presidente Obama de levantar o por lo menos suavizar el embargo sobre Cuba, porque “ya no era útil para los intereses norteamericanos o para promover el cambio en la isla comunista.”
En extractos del libro "Hard Choices" o sea “Decisiones Difíciles” obtenido por la prensa antes de su publicación, Hillary escribe que el embargo ha dado a los dictadores Fidel y Raúl Castro una excusa para no aprobar reformas democráticas. Y dice que la oposición de “algunos” en el Congreso de Estados Unidos a la normalización de las relaciones ha perjudicado tanto a los Estados Unidos como al pueblo cubano.
Entre otras cosas dice que el arresto en el 2009 del ciudadano americano Alan Gross y la negativa de La Habana a ponerlo en libertad es una "tragedia" para mejorar las relaciones entre ambos países.
Dice Hillary que "desde 1960, los Estados Unidos han mantenido un embargo contra la isla con la esperanza de forzar a Castro del poder, pero que sólo tuvo éxito en darle una excusa para los problemas económicos de Cuba".
Añade que su esposo, el ex-presidente Bill Clinton, trató de mejorar las relaciones con Cuba en la década de 1990, pero el gobierno de Castro no respondió a la moderación de algunas sanciones. No obstante, el presidente Obama está decidido a continuar con el esfuerzo.
Clinton describe la actitud mantenida por el régimen como "un muro de piedra", y que ella y Obama decidieron “trabajar directamente con el pueblo cubano” y que la mejor manera de lograr un cambio en Cuba sería “exponer a los cubanos a las comodidades, valores, información y materiales del mundo exterior." La casi segura candidata a la presidencia de Estados Unidos mantiene que las medidas que Obama tomó, incluyendo permitir más viajes a la isla y el aumento de la cantidad de dinero que los cubano-americanos pueden enviar a la isla, han tenido un efecto positivo.
Sin embargo, Clinton observa con decepción de que el régimen cubano arrestó y encarceló a Gross, un contratista que trabajaba para la Agencia de Desarrollo Internacional de Estados Unidos, que estaba tratando de ayudar a la pequeña comunidad judía de Cuba a comunicarse con el resto del mundo. Gross fue declarado culpable de tratar de subvertir al estado cubano y condenado a 15 años de prisión. A pesar de reiteradas peticiones de Estados Unidos, Gross permanece en prisión.
En el libro, Clinton dice que ella habló con frecuencia sobre el encarcelamiento de Gross y lamentó que "los Castro crearon nuevos problemas con su detención."
Hillary dice que sospecha que algunos en Cuba están utilizando el caso Gross "como una oportunidad para poner freno a cualquier posible acercamiento con los Estados Unidos y las reformas internas que requieren."
"Si es así", escribe, "es una doble tragedia, consignando a millones de cubanos a una especie de encarcelamiento continuado…”
Hillary se refiere al caso de Alan Gross, como una muestra de que el régimen no quiere cambiar, pero parece que ignora los arrestos y atropellos a que están sometidos los cubanos que buscan alguna apertura.
La imagen que nos queda es que a pesar de la evidente negativa del régimen, Hillary insistía o insiste en la posición ingenua de que el levantamiento del embargo crearía oportunidades para que los cubanos “descubran” como se vive en los países libres y el régimen –por un mecanismo misterioso que no se explica- empezaría un proceso de apertura, como resultado de que la este “expuesta” a los beneficios que disfrutan las personas en una sociedad libre.
El problema es que simplemente no hay ningún precedente histórico que le de validez a esta teoría. Al contrario hay varios ejemplos que tienden a invalidarla. La propia Hillary admite que su esposo Bill Clinton, hace ya casi 20 años no pudo lograr que los Castros aflojaran la presión sobre el pueblo cubano, a pesar de que Clinton había moderado algunas de las sanciones y presiones económicas al régimen. O sea aflojar las sanciones ya fracasó. Y fracasó porque es precisamente el régimen el que mantiene a los cubanos sometidos no a un embargo sino a un bloqueo interno.
En más de cinco décadas de poder absoluto, jamás ha habido un cambio permanente o institucional en el control de la dictadura sobre el pueblo cubano. Ha habido momentos en que se permiten algunos cambios cosméticos y pequeñas libertades que son después eliminadas con la misma facilidad que se otorgaron porque no han sido cambios institucionales. Ni puede haber cambios institucionales con un régimen totalitario
El ejemplo más claro es la China donde ha habido grandes reformas económicas pero el sistema totalitario se mantiene igual.
La propia Hillary dice que “algunos en Cuba” están utilizando el caso Gross para “poner freno a cualquier posible acercamiento y las reformas internas que requieren." Pero ¿quiénes son “algunos” en Cuba? Con el poder para manipular negociaciones con Estados Unidos “algunos” solo pueden ser Raúl Castro y la mafia corrupta que lo rodea.
No hay evidencia histórica que justifique la repetida teoría de que levantar el embargo, traería como consecuencia los cambios radicales que mejoren las condiciones de los cubanos. No importa cuánto quisieran Hillary Clinton o Barack Obama que fuera de otra forma. Porque la realidad es que mientras la dinastía de los Castro mantenga el control, el embargo americano no es el problema. El problema es el bloqueo que el régimen mantiene sobre los cubanos para sostenerse en el poder.
Por Rogelio Matos, Chairman de Cuba Independiente y Democrática
Visitenos en
| |
Desde Cuba
| |
Ultimo Congreso
| |
Patria Pueblo y Libertad
| |
Huber Matos
| |
Siguenos en:
|
0 comments:
Publicar un comentario