AL PUEBLO DE LOS ESTADOS UNIDOS
Hoy es un día memorable en los Estados Unidos. El recuento de una tragedia que estremeció a su pueblo hace diez años. La reafirmación de su voluntad nacional de preservar su democracia, luchar para que continúe siendo una tierra de oportunidades y defenderla de sus enemigos.
Quienes como vecinos compartimos un ámbito geográfico común, una historia entrelazada de acierto y errores y un absoluto convencimiento de que la libertad humana es un derecho natural inviolable e inalienable queremos expresar a los estadounidenses nuestra más sincera solidaridad.
Está aún demasiado cerca el once de septiembre de 2001 para poder entender su impacto en los Estados Unidos y en el mundo. Sin embargo, algunas lecciones pueden inferirse y hay consecuencias que están a la vista.
Quienes creen y viven la democracia en su tierra - no puede practicar una política de amistad y contubernio con dictaduras en el exterior - que los haga aparecer ante pueblos oprimidos como cómplices de quienes los explotan y les arrebatan sus derechos.
Independiente del análisis final del costo de la guerra de Irak, de la justificación económica y moral de la participación de los Estados Unidos en la misma; en Irak la democracia ha dado un primer paso.
En similar circunstancia se encuentra Afganistán, tierra de violencia milenaria. Si aún son muy frágiles las democracias en estos dos países, frágiles también son en muchos lugares del mundo; y no menos débiles lo fueron donde hoy son estables.
En ninguno de los dos países pueden las mujeres, bajo el amparo de las leyes, ser tratadas como animales. La defensa de sus derechos en esta parte del mundo tendrá profundas repercusiones políticas y sociales a mediano y largo plazo.
Es igualmente difícil visualizar la “Primavera árabe” sin el impacto de estas dos incipientes democracias. Como es innegable que el apoyo del gobierno de Barak Obama a las aspiraciones democráticas en Egipto y Libia ha transformado la imagen de los Estados Unidos en la zona. Esta nación ya no puede verse como el permanente socio de atroces y corruptas dictaduras.
La solidaridad con quienes luchan por su democracia es el antídoto más efectivo en la guerra contra el terrorismo en el mundo. El pragmatismo tan popular durante el pasado siglo pudo haber servido para fomentar negocios, pero también alimentó el odio y el resentimiento contra una nación ejemplar como los Estados Unidos.
Los estadounidenses que perdieron la vida aquel once de setiembre y lo que han muerto después en la lucha contra el terrorismo en el mundo han hecho posible que en lugares donde las garantías y beneficios de la democracia eran ideales aparentemente inalcanzables, hoy sean realidades tangibles, cercanas y probables.
En un día que el pueblo americano recuerda con dolor, queremos ratificarle nuestra amistad. Cuba y los Estados Unidos son dos naciones que el odio del castrismo ha tratado de separar y enfrentar. Para nosotros también llegará el día de la libertad, el de construir la democracia y el de restablecer con ustedes una relación sin fobias ni demagogia.
PATRIA PUEBLO Y LIBERTAD
Ing. Daniel Mesa Cantillo, Katia Sonia Martín Veliz, Ricardo Medina Salabarría, Abdel Rodríguez Arteaga, Irel Gómez Moreira
Comité Ejecutivo Nacional
Partido Cuba Independiente y Democrática (CID)
La Habana 11 de septiembre de 2011
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