La Revolución y los jóvenes
La Habana. Toda
encuesta que se realice en Cuba arrojará resultados con un error de
consideración si detrás de las preguntas hay un factor político.
Entonces, como casi todo en la Isla está relacionado con la política (el
Estado Socialista pretende controlar cada uno de los aspectos de la
vida nacional), las respuestas que darán los encuestados llevan
implícita cierta autocensura por temor a las consecuencias que puedan
sufrir. En un país donde quienes se expresan libremente son perseguidos y
encarcelados, la gente sabe que ninguna encuesta es inocente porque
toda pregunta tiene una respuesta buena y otra mala. El compromiso
ideológico establecido durante demasiado tiempo no admitió la
neutralidad. Y puede ser que en los tiempos que corren la desesperación
haya hecho perder un poco el miedo a hablar, pero a fin de cuentas, el
entrevistador bien puede ser un agente de la policía política o un
chivatón de bajos quilates. Por eso cualquier muestra en este tipo de
investigación estadística estará sesgada y los resultados de la encuesta
no serán confiables.
No sólo eso, sino que además cuando el sondeo es hecho por un organismo estatal se está corriendo el riesgo de ser timado por una intención propagandística del régimen. Tal es el caso de una reciente investigación del Centro de Estudios sobre la Juventud (CESJ), cuyas conclusiones fueron discutidas por las comisiones parlamentarias y publicadas. Con ellas, este autor se tomará la libertad de interpretar a su modo ciertos fenómenos:
En primer lugar, la cifra de jóvenes que aspiran a trabajar de manera independiente del Estado es el doble que la registrada en el año 2011 y se espera una sostenida tendencia a este crecimiento. O sea, la necesidad de independencia está manifestándose, así como la certeza de que un empleo estatal ofrece muchas menos posibilidades de éxito que un empleo privado. Aun así, el diario Granma afirmó que “todavía” es aspiración de la mayoría de los jóvenes encontrar trabajo en una empresa estatal.
La juventud tiene diversas preocupaciones en medio de la incertidumbre que genera una realidad cambiante. Ellos han oído de sus padres la experiencia del “proceso revolucionario” y han heredado el modo de supervivencia de sus predecesores, quienes vivieron el fracaso de planes millonarios y luego el derrumbe de toda una plataforma ideológica con la desaparición del campo socialista. Los jóvenes de hoy son los incrédulos hijos del desengaño. Ellos perciben lo imprevisible de una “revolución” que, desde bien pronto, traicionó incluso los principios en los que supuestamente había sido fundada y se declaró socialista.
Ahora se trata de un “escenario más diverso y competitivo, donde el paternalismo de otros tiempos va perdiendo presencia”, expresa el diario oficialista Juventud Rebelde. Es un modo muy superficial e inconsecuente de tratar un hecho: que fueron los actuales dirigentes, décadas atrás, quienes provocaron las tremendas aberraciones sistémicas que desembocaron en la crisis permanente de la Cuba actual.
Continuando con el estudio del CESJ, en los análisis del Parlamento se habló de “evitar las brechas entre el contenido de lo que se estudió y el de la plaza laboral”. No se contó con que la solución de este problema (presente en el 68% de los encuestados) incluye una visión global de la realidad nacional, pasando por las reformas políticas que desde hace mucho viene reclamando un sector nada despreciable de la población.
Algunas cosas están claras más allá de las investigaciones hechas por expertos: cada vez son más los jóvenes insatisfechos y cada vez son más los que desean ser independientes. Lo que cabría preguntarse es si son ellos quienes en un mañana comenzarán a tener inquietudes políticas.
No sólo eso, sino que además cuando el sondeo es hecho por un organismo estatal se está corriendo el riesgo de ser timado por una intención propagandística del régimen. Tal es el caso de una reciente investigación del Centro de Estudios sobre la Juventud (CESJ), cuyas conclusiones fueron discutidas por las comisiones parlamentarias y publicadas. Con ellas, este autor se tomará la libertad de interpretar a su modo ciertos fenómenos:
En primer lugar, la cifra de jóvenes que aspiran a trabajar de manera independiente del Estado es el doble que la registrada en el año 2011 y se espera una sostenida tendencia a este crecimiento. O sea, la necesidad de independencia está manifestándose, así como la certeza de que un empleo estatal ofrece muchas menos posibilidades de éxito que un empleo privado. Aun así, el diario Granma afirmó que “todavía” es aspiración de la mayoría de los jóvenes encontrar trabajo en una empresa estatal.
La juventud tiene diversas preocupaciones en medio de la incertidumbre que genera una realidad cambiante. Ellos han oído de sus padres la experiencia del “proceso revolucionario” y han heredado el modo de supervivencia de sus predecesores, quienes vivieron el fracaso de planes millonarios y luego el derrumbe de toda una plataforma ideológica con la desaparición del campo socialista. Los jóvenes de hoy son los incrédulos hijos del desengaño. Ellos perciben lo imprevisible de una “revolución” que, desde bien pronto, traicionó incluso los principios en los que supuestamente había sido fundada y se declaró socialista.
Ahora se trata de un “escenario más diverso y competitivo, donde el paternalismo de otros tiempos va perdiendo presencia”, expresa el diario oficialista Juventud Rebelde. Es un modo muy superficial e inconsecuente de tratar un hecho: que fueron los actuales dirigentes, décadas atrás, quienes provocaron las tremendas aberraciones sistémicas que desembocaron en la crisis permanente de la Cuba actual.
Continuando con el estudio del CESJ, en los análisis del Parlamento se habló de “evitar las brechas entre el contenido de lo que se estudió y el de la plaza laboral”. No se contó con que la solución de este problema (presente en el 68% de los encuestados) incluye una visión global de la realidad nacional, pasando por las reformas políticas que desde hace mucho viene reclamando un sector nada despreciable de la población.
Algunas cosas están claras más allá de las investigaciones hechas por expertos: cada vez son más los jóvenes insatisfechos y cada vez son más los que desean ser independientes. Lo que cabría preguntarse es si son ellos quienes en un mañana comenzarán a tener inquietudes políticas.
Artículos relacionados:
• “Criterios diversos, examen necesario”. Diario Granma, diciembre 20 de 2013. Pág.3
• “El camino no es llano”. Diario Juventud Rebelde, diciembre 20 de 2013. Pág.4
Por Víctor Ariel González
Fuente: Bloqueo informativo al pueblo cubano, suplemento de La Nueva República
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