Barbarie en Francia: 17 muertos en atentados terroristas. Todos somos Charlie
Francia, en nombre
de todas las personas libres del mundo, vivió momentos de terror
indescriptibles cuando el 7 de enero una manada de energúmenos pretendió
“vengar” a su Dios porque consideraban que determinadas caricaturas publicadas
por el semanario satírico Charlie eran ofensivas contra sus creencias. No
importa si lo eran o no: ese no es el asunto. Lo importante es que si se admite
que alguien pueda atribuirse el “derecho” de asesinar semejantes simplemente
porque tengan y expresen opiniones diferentes a las suyas, se desciende en la
escala humana hasta los niveles más bajos de barbarie y vileza, y nunca podrá
ser justificado.
La incapacidad
-hasta lo patológico- de permitir criterios diferentes a los establecidos
define perfectamente a los retrógrados del mundo y los separa por barreras
infranqueables de las personas libres. Terroristas musulmanes, inquisidores
medievales, nazis, Estado Islámico, polpotianos, facinerosos de brigadas
castristas de respuesta rápida, talibanes, guardia republicana iraní, guardia
roja del maoísmo, paramilitares venezolanos, policía religiosa saudita,
oficiales de la KGB, la STASSI o la Seguridad del Estado cubana, no se
diferencian en objetivos: son dogmáticos tratando de imponer con más o menos
sangre, fuego y cárcel -literalmente- sus “verdades” frente a “herejes” que
piensen diferente, lo que los guardianes de textos y dogmas sagrados ven como
el mayor delito, ya se trate de El Corán, la Biblia, escritos de Lenin, textos
de Mao o Hitler, orientaciones de primeros secretarios, palabras del Ayatola
Supremo, o discursos de Fidel Castro.
No por casualidad
muchos de esos elementos execrables del mundo han sido o son amigos del
gobierno cubano: narcoterroristas de las FARC, Caesescu, Khadafi, Saddam
Hussein, Mengistu, Honnecker, Carlos el Chacal, la dinastía Kim, Brigadas Rojas
italianas y japonesas, ETA, IRA, Hebe de Bonafini, gobierno de Irán, criminales
reclamados en EEUU por delitos de sangre que viven tranquilamente en La Habana…
Todos, con el poder de un Estado tiránico como respaldo, o aplicando terror
indiscriminado, pretenden castigar a quienes piensen diferente.
No por gusto el
gobierno de Raúl Castro fue de los últimos en condenar el acto criminal en
Francia, y no hizo mención en ningún momento a la li-bertad de expresión que
los asesinos pretendieron acallar con sus repugnantes acciones. Porque hay que
condenar, naturalmente, asesinatos a sangre fría como los perpetrados en París,
pero también, y con la misma fuerza, el intento de aplastar la libertad de
pensamiento y expresión, valores fundacionales esenciales que han contribuido a
la grandeza de la civilización y la fortaleza indestructible de la democracia.
Por eso, frente a
los intentos de silenciar libertades fundamentales que son derechos esenciales
de todo ser humano desde el momento de nacer, expresemos como han hecho digna y
valientemente los franceses, gritando “Todos somos Charlie”.
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1 comments:
Dan asco... Ustedes al igual q esos terroristas....
14 de enero de 2015, 22:54Publicar un comentario