El régimen sin cartas de triunfo
La “exigencia” que hace el gobierno cubano para el fin de las restricciones impuestas por EE.UU. a la Isla se ha convertido en una súplica. Ya el régimen no sabe con qué carta va a jugar para tratar presionar por el fin del embargo norteamericano.
Uno de sus últimos trucos consistió en cesar las actividades de la Oficina de Intereses de Cuba en Washington, cuando el banco a través del cual el gobierno cubano realizaba las transacciones del dinero obtenido por sus actividades consulares anunció que no iba a continuar prestando tal servicio a las autoridades cubanas. El banco, concretamente el M&T, anunció la que la medida estaba dirigida no sólo al consulado cubano, sino al resto de los consulados que utilizaban los canales financieros del banco M&T. Hay todavía más: la medida ya había sido anunciada hacía meses, y las autoridades cubanas no habían dicho nada en su país.
No fue sino hasta que reventó esta burbuja que los cubanos supieron que habría problemas para que sus familiares en EE.UU. visitaran su tierra natal. ¿Qué había hecho durante meses la representación cubana en Washington? ¿Esperar? ¿Realmente se esforzaron en buscar una solución?
En el momento de la crisis, entonces surgió el “culpable” detrás del asunto: el archiconocido “bloqueo financiero de EE.UU. contra Cuba”. Es decir, que “los americanos” tenían la culpa por lo que estaba sucediendo. La crisis era un derivado del embargo.
Así fue como se cancelaron viajes, visitas de cubanos a la Isla. Hubo un intento más o menos efectivo en movilizar a la opinión pública alrededor del argumento de las autoridades cubanas. “Sí, el bloqueo es el culpable”, habrán dicho algunos afectados de un lado y otro del Estrecho de la Florida.
Pero al pasar las semanas y el gobierno norteamericano intentar darle una solución efectiva al asunto, sin prestar atención a la retórica anti-embargo que enarbola el gobierno cubano cada vez que hay un problema, por mínimo que sea, las autoridades cubanas finalmente se dan cuenta que quien más tiene para perder es, precisamente, el régimen cubano: miles de millones de dólares ingresan cada año al país por concepto de visitas familiares. Los cubanos que están en EE.UU., al mantener a sus parientes aquí, de paso le dan un respiro a la economía del país. ¡Y qué alivio para las depauperadas finanzas domésticas!
Jugada esta nueva carta, el gobierno cubano ya debe estar preparando otra movida en donde el embargo aparecerá como “el gran culpable”. Ya no saben qué van a inventar para suplicar que quiten el bloqueo.
Por Víctor Ariel González
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