EN CHILE POLÉMICA SOBRE CUBA
Mijail Bonito, ex presidente de la FEU-Facultad de Derecho de la Universidad de La Habana y Secretario de Relaciones Internacionales de Cuba Independiente y Democrática, le contesta a Julio Sarmiento, militante comunista y ex presidente de la Federación de Estudiantes de la Universidad de Chile.
Reproducido de Polis
Sin pretender entender a Cuba
Por Mijail Bonito Lovio
Después de leer la columna de Julio Sarmiento, quien se identifica como ex presidente de la FECh y militante comunista, titulada “Entendiendo a Cuba desde adentro”, no me queda más que responderla, por su inconsistencia, y el sofismo reiterado con que intenta paliar violaciones a los Derechos Humanos más que evidentes y que él mismo se da el gusto de señalar abiertamente. Respeto la posición del Sr. Sarmiento e incluso aplaudo que sea una muestra de la diversidad ideológica de los cubanos dentro y fuera de la Isla.
El Sr. Sarmiento aplica en su primer párrafo una descalificación abierta a los que descontextualizamos la realidad, “emigrados enojados con la realidad que les tocó vivir o disidentes exaltados por medios de comunicación externos.” Pasando esto por alto, solo puedo señalar que nuestras mutuas apreciaciones de la realidad cubana difieren.
Es por eso que trataré de señalar lo que considero errado en el texto del Sr. Sarmiento, léase errado como intento de manipular los hechos, al perder de vista que la soberanía y la autodeterminación radican en los pueblos y no en los gobiernos y que el bien jurídico superior debe ser la persona humana. Es así que no creo que el Sr. Sarmiento yerre de manera involuntaria en temas tan básicos como las libertades de movimiento o de expresión.
Asumo en este texto los puntos planteados por el Sr. Sarmiento en su mismo orden para que los lectores puedan asumir su propia opinión, más allá de los aportes de uno o de otro.
Restricciones para la migración
El Sr. Sarmiento señala que sólo los médicos recién graduados no pueden salir sin haber realizado trabajos previos para el país. Médicos con muchos años de graduados presentan dificultades para obtener permisos de salida de Cuba y estos pueden ser otorgados o denegados de manera arbitraria.
Afirmar que los disidentes son, en su mayoría, presos comunes además de irrespetuoso es ofensivo. En Cuba no hay presos políticos oficialmente, porque la doctrina oficial indica procesarlos por delitos comunes. Por esta razón hay muchos más que lo que realmente se conocen. Las opiniones contrarias al régimen son trastocadas en el delito de desacato o propaganda enemiga. Esto no es nuevo y mucho menos las muertes en las cárceles por huelga de hambre o trastornos de salud.
A la mayoría de los médicos que solicitan emigrar de Cuba, les retienen los permisos por un mínimo de cinco años y les envían a establecimientos de menor jerarquía durante ese tiempo, aunque su calificación profesional sea mayor. De hecho, un alto número de los médicos cubanos que residen en Chile llegaron al país en misiones oficiales, pues las salidas privadas son, por regla general denegadas, sin importar los años de ejercicio.
Todo profesional universitario, no solo el personal médico sanitario, para realizar una salida privada del país, debe elevar, además de los permisos de salida comunes, una solicitud al Ministro de su ramo, que puede ser o no aceptada, sin posibilidad de reposición. Son comunes los casos de profesionales cuyos títulos son invalidados y las legalizaciones les son negadas en casos de emigración por cualquier causa.
Escapa a toda lógica, que el Sr. Sarmiento señale que las mayores restricciones las ponen los países receptores de cubanos; como si éstos estuvieran en la obligación de aceptar a todo migrante. Su apreciación culpando al país receptor, pasa por alto que es el Estado cubano quien viola el Art. 13 inciso 1 de la Declaración Universal de DD.HH. donde se plantea que toda persona tiene el Derecho a salir de cualquier país, incluso del propio, y a regresar a él. Esto, sin hacer hincapié en el Decreto 217 que limita la movilidad interna en la Isla, imponiendo multas y deportación a sus lugares de origen a ciudadanos cubanos de regiones que emigren a la Habana, lo que no es solo una violación a la mencionada Declaración, sino también del Art. 43 de la Constitución de la República de Cuba.
EE.UU. y Cuba tienen un acuerdo por el que el primero debe otorgar veinte mil visas de residencia al año a ciudadanos cubanos. Acuerdo que, según el Sr. Sarmiento, EE.UU. incumple con el objetivo de incentivar las salidas ilegales. Discrepa en este punto el Sr. Sarmiento no solo conmigo, sino también con el Ministerio de RR.EE. de Cuba que señala en una nota oficial con fecha 12 de Enero del 2011, refiriéndose a la reunión de seguimiento del acuerdo entre ambos Gobiernos: “Se evaluó el cumplimiento de los compromisos contraídos por ambas partes con los acuerdos migratorios vigentes. En este intercambio se reconoció la disminución significativa de las salidas riesgosas entre Cuba y los Estados Unidos, como resultado de los esfuerzos emprendidos por los dos países para enfrentar el tráfico de personas y la emigración ilegal”. No sabemos cuál es la fuente consultada por el Sr. Sarmiento para sustentar sus dichos.
Según cifras oficiales entre 1994 y 1999 se otorgaron más de 95 mil visados a cubanos para emigrar a los EE.UU. y, en los últimos tres años, 108.979 cubanos obtuvieron el status de residencia permanente en EE.UU. según datos obtenidos en la web del Department of Homeland Security.
Olvida, además el Sr. Sarmiento que la Ley de Ajuste Cubano es una legislación de los Estados Unidos y que los cubanos emigran a los más disímiles lugares del mundo. Él mismo es un cubano emigrado en Chile. Las razones familiares son irrelevantes para exponer este punto.
Afirmar que la migración cubana es económica es una interpretación muy alejada del criterio global con el que se pretende disfrazarla. En primer lugar, contrario a “otros latinos”, los cubanos no tienen la menor posibilidad en su tierra de generar bienestar económico, debido a las limitaciones de índole político que les han impuesto. Nadie opta en primera instancia por emigrar. La familia y el lugar atan. Si los cubanos pudieran explotar posibilidades de desarrollo y crecimiento económico antes de tomar la decisión de emigrar y no se vieran obligados a la dependencia del Estado, entonces el Sr. Sarmiento tendría toda la razón. Pero esa posibilidad les está vedada.
En segundo lugar “los otros latinos” que viajan a EE.UU. lo hacen después de haber intentado, en sus países de origen, realizar alguna actividad económica que les permita desarrollarse. Al agotar sus posibilidades en el lugar que les vio nacer, intentan la emigración. Eso también pasa en Chile y no es de extrañarse. La emigración es un fenómeno global, pero la “peculiar realidad político social” con que el Sr. Sarmiento defiende la actualidad de la Isla no puede ser aplicada selectivamente para un tema u otro. En cualquier caso, estos emigrantes si pueden retornar a sus lugares de origen sin ninguna restricción y sin ninguna sanción de parte de sus gobiernos.
Remata este punto señalando que la campaña mediática enfatiza en “…los riesgos que están dispuestos a correr los cubanos para escapar del comunismo”. Pero nada se dice de los miles de latinos que corren los mismos riesgos en otras fronteras o de que ellos están escapando del capitalismo”. La respuesta no puede ser más básica. Si los miles de latinos que emigran a Europa, Canadá o EE.UU. escaparan del capitalismo, bien podrían solicitar visados o intentar emigrar a Cuba, Corea del Norte o China. Y no es tal.
La migración cubana sigue siendo política en tanto es el propio Gobierno cubano el que históricamente ha politizado dicha migración llamando a sus migrantes traidores y vende patrias y quién niega la entrada sin ulterior recurso a ciudadanos cubanos por estar más del tiempo permitido fuera del país.
Es cierto que el impedimento de EE.UU. a sus ciudadanos para viajar a Cuba podría ser una violación a los Derechos Civiles, pero ni el Sr. Sarmiento ni yo detentamos esa ciudadanía y el sistema judicial “gringo” tiene la independencia suficiente para declarar esa medida ilegal si así lo entendiere o le fuera solicitado. Mezclar peras con manzanas es solamente desviar la atención y justificar la actitud del gobierno cubano como algo que también pasa en los EE.UU. Algo que no aporta absolutamente nada a “entender a Cuba desde adentro” y que se intenta camuflar con el prisma foráneo. Dicha justificación implica además que “dos malas hacen una buena”, lo que viniendo de una persona con estudios universitarios es inaceptable.
Restricciones
Todos los cubanos tenemos restricción para el retorno si nos pasamos del año fuera de la isla, salvo los que cuentan con Permiso de Residencia en el Exterior. Además, todo cubano está en la obligación de, a partir del segundo mes de estadía fuera del país, pagar 1 dólar diario para tener “derecho” a retornar, lo que debe hacerse imperativamente antes del año. ¿No sé como pudo, el Sr. Sarmiento, haber olvidado este punto, que echa por tierra su sentencia?
Respecto a los viajes oficiales y la calificación de desertor. No es el país receptor el que califica de desertor a un cubano, ya sea médico, deportista o cooperante. No se ha visto jamás a un funcionario chileno ni a un ciudadano chileno diciéndole desertor en la calle a alguno de los tres miembros de la Brigada Médica Cubana que viajo tras el terremoto y que no regresaron a la Isla. Es el propio gobierno cubano el que lo hace, tanto en sus discursos oficiales como en sus medios de prensa y en el hecho de que les condena a no regresar a la patria indefinidamente. No es un resguardo para evitar quedar mal con los países con los que el gobierno cubano convenía estas misiones de profesionales. Es una sanción penal accesoria denominada destierro que se les impone sin juicio, sin sentencia y sin delito cometido. Esa es la práctica que debe condenarse y no la de los compatriotas que solo tratan de buscar algo de libertad y de apoyar económicamente a sus familias dentro de la Isla.
Sobre las “jugosas invitaciones” a deportistas no vale la pena opinar. Si estos no fueran considerados como patrimonio estatal socialista ni usados como material de propaganda por sus logros deportivos y se les permitiera elegir que hacer con sus vidas, ni su columna ni la mía tuvieran razón de ser. En términos chilenos, que es en el fondo nuestro público. Convendría preguntarle a Alexis Sánchez u otro destacado deportista qué opinaría si el Gobierno chileno le impidiera la entrada por haberse ido a jugar al extranjero, o peor aún, impidiera la salida de sus seres queridos de Chile, negando el encuentro familiar. ¿Quién sería responsable de limitar sus derechos, el Barcelona o el gobierno que le sanciona con el destierro por ejercer un derecho universal?
Disidencia
Afirmar que los disidentes son, en su mayoría, presos comunes además de irrespetuoso es ofensivo. En Cuba no hay presos políticos oficialmente porque la doctrina oficial indica procesarlos por delitos comunes. Por esta razón hay muchos más que lo que realmente se conocen. Las opiniones contrarias al régimen son trastocadas en el delito de desacato o propaganda enemiga. Esto no es nuevo y mucho menos las muertes en las cárceles por huelga de hambre o trastornos de salud. De muestra un botón, el líder estudiantil Pedro Luis Boitel murió en huelga de hambre en 1971 y Wilmar Villar murió en 2011. Muchos más perecieron durante esos 40 años en las cárceles.
Esas mismas cárceles que usted indica tienen mejores condiciones que en cualquier otro país. Siendo así, no se entiende como el gobierno cubano ha negado la entrada, en reiteradas ocasiones, a los inspectores de Naciones Unidas que han sido mandatados al efecto. Basta con ir a Youtube y buscar sobre las cárceles cubanas. Ahí se verá la realidad. En este punto, tampoco me ha sido posible encontrar las fuentes de las que dispone el Sr. Sarmiento para sus aseveraciones y ni siquiera alcanzo a suponer como puede asegurar las características de una cárcel cubana.
No obstante, por primera vez el gobierno cubano ha reconocido la existencia de presos políticos. Han hecho sucumbir su propia doctrina de la inexistencia en la liberación llevada a cabo con la Iglesia y el Gobierno español de Zapatero. La lógica es simple, nadie negocia a tan altos niveles por presos comunes. Los cubanos de a pie, más allá de los adornos propagandísticos del Granma y la Mesa Redonda saben, ahora oficialmente, que los presos sí son de conciencia y que la oposición es lo suficientemente fuerte como para formar parte del espectro de la Sociedad Política nacional. Estas razones, ya conocidas en el exterior, se han abierto a fuerza de huelgas de hambre y caminatas sonorizadas por escandalosos esbirros, al cubano común.
Sistema político
No son los vecinos quienes nominan a los candidatos como afirma el Sr. Sarmiento. Por espacio solo haré referencia a la elección a la Asamblea Nacional del Poder Popular, máximo órgano de poder del Estado, que sin embargo está supeditado constitucionalmente a los designios del Partido Comunista de Cuba, como “fuerza dirigente superior de la sociedad y del Estado”.
La Ley Electoral impone la creación de Comisiones de Candidaturas. Estas comisiones designan a los precandidatos que pueden ser: delegados electos de las Asambleas Municipales o ciudadanos, en el pleno goce de sus derechos electorales, que sean propuestos por la Comisión de Candidaturas Nacional. La Asamblea Municipal nomina, de este listado, a los candidatos a la Asamblea Nacional identificando, entre otras cosas, las organizaciones políticas y sociales a las que pertenece o, en lenguaje común, su nivel de compromiso con el “proceso revolucionario”. Este filtro excluye toda participación directa de las personas. Las comisiones están constituidas por miembros de las organizaciones de masas, en cuyos estatutos, sin distinción, aparece el PC Cubano como guía a la que se subordinan. Al ser igual el número de candidatos que el número de diputados a elegir, la elección se vuelve simple ratificación. Grosso modo, el error del Sr. Sarmiento en este punto es garrafal.
Otra vez desconozco la fuente del Sr. Sarmiento para arribar a sus conclusiones. La mía es la Ley 72, Ley electoral de la República de Cuba.
La idea de partido único en Cuba no viene desde José Martí. Esto es una manipulación, que todo aquel que tiene una somera idea de la obra martiana rechaza. La idea del Partido Revolucionario Cubano fundado por Martí se basó en enfrentar la lucha independentista con un solo puño, en un solo frente de cubanos unidos, pero una vez lograda la independencia generar una nación plural. Decía Martí: “Con todos y para el bien de todos”. El Partido Revolucionario Cubano: “…no tiene por objeto llevar a Cuba una agrupación victoriosa que considere a la Isla como su presa y dominio, sino preparar… la guerra que se ha de hacer para el decoro y bien de todos los cubanos…”. Desconozco si el Sr. Sarmiento tomó como fuente al propio José Martí o el último discurso de Raúl Castro ante la Primera conferencia del PC cubano en que interpreta a nuestro Héroe Nacional como el gestor doctrinario de la idea de partido único.
Derechos sociales
La gratuidad de la educación es muy relativa. En la educación primaria y secundaria no hay dudas, salvo por la ideologización de la enseñanza. En todos los textos cubanos hay culto a los líderes de la revolución y al comunismo. Recuérdese que en la Campaña de Alfabetización la frase utilizada para enseñar las vocales era: “Con la OEA o sin la OEA ganaremos la pelea”, justo en momentos en que Cuba era suspendida en ese foro.
Sobre la educación universitaria difiero sobre la gratuidad. Es preciso señalar antes que no estoy hablando de Chile ni de ningún otro país. Espero que si hubiere respuesta, lo que dudo, se centre en el tema cubano y no en comparaciones.
Si el Estado es el único empleador y el promedio de salario es de US$ 20 al mes. ¿Cómo sería posible cobrar a los padres algo por la enseñanza de sus hijos? En segundo lugar cada universitario debe realizar el servicio social como pago de su educación al país. Eso es justo, devolver lo que se ha invertido, pero cumplido esto debería acabarse la deuda con el Estado. Con las políticas migratorias desde hace 53 años la deuda se hace infinita, sobre todo si se es profesional médico sanitario.
Hay un punto incierto. Ningún trabajador estatal cubano conoce cuánto paga de impuestos al año ni bajo qué concepto. Al ser el Estado improductivo, los impuestos son imprescindibles. Cuánto de eso va a parar a educación o salud y cuánto de eso al mantenimiento del aparato burocrático represivo, es desconocido.
Sobre la seguridad social solo un roce. Es dudoso que una pensión de menos de la mitad del salario promedio cubano permita una vida digna en sus finales, máxime cuando los discursos de Raúl Castro se han caracterizado por anunciar a los cuatro vientos, la eliminación de subsidios y gratuidades.
Sobre la estabilidad laboral el Sr. Sarmiento debería escuchar más a Raúl Castro. 1,3 millones de empleados estatales cubanos quedaran disponibles en el transcurso de este año. Proceso que comenzó el año pasado con el despido masivo de 500 mil de ellos. Lo curioso y he aquí la “peculiar realidad político social” de Cuba, es que los despidos son llevados a cabo por la administración en conjunto con la única central sindical cubana. Misma organización sindical que, por Ley, encabeza las Comisiones de Candidaturas Electorales. No hubo ni habrá indemnizaciones por años de servicio. Los trabajadores cubanos no han ganado ese derecho. Solo la posibilidad de convertirse en “cuentapropistas”.
Cuba es, parafraseando al escritor cubano, C. A. Montaner, un socialismo sin subsidios y un capitalismo sin libertades.
Situación económica
La única inversión permitida en Cuba en las grandes esferas de la actividad económica es la extranjera. A los cubanos solo les esta permitido ejercer 178 oficios o servicios por cuenta propia. Esto, además de discriminatório, es un incentivo a la corrupción en las altas esferas de poder. Ellos representan a la parte cubana en dichas empresas. Chile tiene memoria fresca de esto.
No se puede afirmar que las medidas actuales tendrán larga vida. Se debe esperar el desarrollo de acontecimientos que signarán la economía cubana para tales aseveraciones. Tampoco es el primer proceso de reformas en Cuba. En 1986 se estableció el Proceso de Rectificación de Errores y Tendencias Negativas, que concluyó en el cierre de los Mercados Libres Campesinos, lo que acrecentó la escasez provocada por la desaparición del mundo socialista. En el año 1992 se permitió y, pocos años después, casi se eliminó la iniciativa privada.
Sí fuera exitosa la extracción de petróleo en Cuba. ¿Continuaría la actividad económica privada en la Isla, aunque solo fuera en la forma de oficios y servicios precarios? Dar una opinión sobre el alcance, intención y desarrollo de estas reformas no es más que expresar deseos y expresar deseos no es la forma de hacer “entender a Cuba por dentro”.
Cuando los ciudadanos prosperan económicamente sin dependencia estatal se fortalece la Sociedad Civil. Los gremios (legales o no) harán valer sus intereses frente a las autoridades. Un régimen totalitario que abarca y tutela todo espacio en la sociedad, no pasa de un día a otro a ser autoritario. Sus expectativas de vida disminuirían considerablemente. El gobierno cubano sabe de esto.
Libertad de expresión
Pretender que las discusiones convocadas desde el gobierno y sus entes, dentro del marco, de “modernizar el modelo socialista” son un ejemplo de libertad de expresión es un giro teórico, como mínimo, ingenuo. No puede haber libertad de expresión bajo las limitaciones de una discusión basada en la identificación al régimen. ¿Cómo podría ser libre alguien para expresarse si los cauces de la discusión ya vienen señalados? ¿Cree usted que un trabajador que tiene miedo a ser despedido podría, en su centro laboral, señalar que no le gusta el régimen y que debería ser cambiado?
La libertad de expresión es un derecho que el Estado tiene la obligación de garantizar. De lo contrario no tiene ninguna validez. En este caso la Constitución cubana ni siquiera lo garantiza, sino que lo limita desde su misma enunciación al señalar: “Se reconoce a los ciudadanos libertad de palabra y prensa conforme a los fines de la sociedad socialista”. En otra abierta violación de la Declaración Universal que prohíbe a los Estados limitar, modo alguno, los derechos reconocidos en ella.
Que la libertad de palabra y prensa estén garantizadas en la propiedad pública sobre los medios de comunicación y que usted afirme: “lo que no significa que estén controlados por el gobierno” no tiene precio. Un ejercicio a los lectores. Entre al sitio web de dos diarios en Cuba y distinga los titulares. Ahí verá si se rigen por políticas editoriales autónomas o no.
Pero seamos estrictos. Los derechos de manifestación y reunión también están limitados a la participación en las organizaciones sociales que el Estado reconoce y que, a su vez, reconocen al PC cubano como guía en sus estatutos. Toda otra organización u otra forma de ejercer estos derechos son, por ende, ilegales.
Conclusión
Es un secreto para mi, la fuente en que se basa el Sr. Sarmiento para enfatizar que “la mayoría del pueblo aspira a seguir avanzando por el camino socialista ya emprendido”. No sé de qué forma arribó a tamaña conclusión ni qué métodos de investigación social utilizó para ello. No me explico cómo alguien puede comprender el sentir de un pueblo que no tiene mecanismos para expresarse y además osar señalarlo como una conclusión inevitable.
Afirmar que las ideas de la Revolución Cubana convocan a los hombres más nobles del mundo es autorreferente y totalitariza la nobleza como actitud a favor de su ideología, convirtiendo al resto, que se oponga o disienta, en los antónimos perfectos.
No me convocan ideas de aquellos que encarcelan a los que disienten. No me convocan las ideas de aquellos que ordenan pegar a mujeres indefensas. No me convocan las ideas de los que dieron al traste con la autonomía universitaria en Cuba e hicieron desaparecer a las organizaciones de la sociedad civil. No me convocan las ideas de un gobierno que permite morir a sus prisioneros en huelga de hambre. No me convocan las ideas de un gobierno que envió tropas a cuanta guerra hubo, como satélite vulgar de una potencia extranjera. No me convocan las ideas de un gobierno que aceptó que una potencia extranjera plantara en suelo cubano misiles nucleares estratégicos. No me convocan las ideas de los que separan familias cubanas a diario con una política migratoria abusiva y sancionatoria. No me convocan las ideas de aquellos que han hecho, de la opresión a un pueblo entero, su modus vivendi.
Si a Usted, Sr. Sarmiento, le convocan, enhorabuena, pero le aconsejo que no jure nobleza.
11 de Abril de 2012
Entendiendo a Cuba desde adentro
Julio Sarmiento
Ex presidente de la FECh y militante comunista.
Pocos escapan a la especial fascinación que produce Cuba en quienes la conocen de cerca. Es común que provoque agudas reflexiones en quienes hayan reparado en su historia y continuos debates sobre su peculiar realidad político-social. Pero conocerla va más allá de una mirada superficial y es fácil perderse entre tanto argumento descontextualizado. La información objetiva suele sustituirse por relatos episódicos de emigrados enojados con la realidad que les tocó vivir o disidentes exaltados por medios de comunicación externos. Por eso quiero darle una vuelta a algunos temas para aportar desde mi cercanía.
La primera consideración que me parece pertinente hacer es que en Cuba no se ha terminado aún la Guerra Fría. El sistema político sigue asediado por una serie de enemigos económicos y políticos, que tienen una considerable cantidad de recursos puestos a disposición de cualquier campaña de desprestigio o desestabilización. Hay una larga lista de acciones que dan cuenta de ello, sabotajes, atentados, infiltraciones, etc. que se cometen desde organizaciones y gobiernos que buscan cualquier brecha posible. La reacción natural ha sido una serie de regulaciones y restricciones que abarcan los medios de comunicación, las disposiciones migratorias y otros. Es un país forzado a ponerse a la defensiva y no se le puede exigir grandes cambios mientras se mantenga el mismo contexto. Ha habido una apertura cautelosa justamente en post de la reducción de algunos riesgos.
Restricciones para la emigración
Los requisitos que pone el gobierno tienen que ver con un permiso de salida y la liberación de las responsabilidades del trabajo por el periodo solicitado. Tiene como lógica dar autorización para que las personas puedan dejar los puestos que podrían ser importantes para el país. Muchas más restricciones las ponen los países de destino para otorgar las Visas, y finalmente está el tema del valor de los pasajes de avión, algo que responde a los precios del mercado.
Nadie puede decir que en Cuba no hay debate político, que no se da abiertamente a todo nivel y que no ha habido un llamado abierto a cuestionar el sistema para mejorarlo de parte incluso de los órganos del Estado. Se han creado secciones especiales, para mostrar las criticas, hay programas de televisión sobre esto, congresos regionales y nacionales y la discusión es parte de la labor de cada centro de trabajo para lo que se hacen actividades en cada uno.
Solo algunas profesiones tienen especial restricción de esos permisos, los médicos por ejemplo. Si un médico quiere emigrar recién egresado, se le pide que trabaje unos años antes para que “devuelva” una inversión que el Estado hizo pensando que era para trabajar en el propio país.
El proceso se ha ido desburocratizando de a poco, pero que aún así haya gente que prefiera las balsas responde a otra causa. Existe en EE.UU. algo que se llama la Ley de Ajuste Cubano, vigente desde 1966, que dice que todo cubano que pise suelo gringo tiene derecho a residencia. Algo que se le niega a todos los otros latinos. El requisito es llegar ilegalmente, y cubanos que llegan a USA en avión se van a las playas a fingir que son balseros para obtener estos beneficios.
Es un incentivo coordinado con una poderosa campaña mediática que se empeña en resaltar “los riesgos que están dispuestos a correr los cubanos para escapar del comunismo”. Pero nada se dice de los miles de latinos que corren los mismos riesgos en otras fronteras o de que ellos están escapando del capitalismo. La principal emigración en cuba es económica, igual que en toda Latinoamérica y no política.
A partir de acuerdos que se firmaron en los 90, el gobierno norteamericano se comprometió a conceder 20 mil visas al año a los cubanos, pero no lo cumple. Por otro lado, resulta curioso destacar que a los ciudadanos norteamericanos les esté prohibido viajar a Cuba.
Restricciones para el retorno
Las personas que salen legalmente no tienen restricciones para volver, las restricciones para volver son a los que salen por motivos de trabajo: médicos o deportistas, y rompen el convenio para quedarse. Esto es un reguardo para evitar quedar mal con los países con los que se hacen los convenios y porque hay organizaciones que financian a las personas para que se queden y los hacen ver como desertores. Ejemplos son los deportistas olímpicos, que reciben jugosas invitaciones con muchas regalías con tal que deserten y hagan escándalo político.
Esto último hay que condenarlo así como toda la presión económica para incentivar esos discursos. En Miami los artistas y humoristas cubanos casi no pueden trabajar si no critican el “régimen cubano”, hacerlo te abre las puertas y lo contrario te convierte en un paria.
Sin lugar a dudas podría avanzarse más en este asunto, y ya han sido anunciadas algunas medidas dentro del paquete de reformas para actualizar el socialismo que se ha estado desarrollando en Cuba desde que Raúl Castro fue electo presidente.
Disidencia
La información está muy tergiversada por los medios. La mayoría de los encarcelados tienen delitos comunes comprobados, no están ahí por ser disidentes, todos los que estaban por actividades eminentemente de este tipo han sido liberados, a pesar de que constituyan riesgo para la seguridad, recordemos que en ese sentido sigue siendo casi un país en guerra. Por otro lado, las condiciones carcelarias en Cuba son mejores que en cualquier país y es cosa de ver las manifestaciones de las damas de blanco en youtube para darse cuenta de que la represión es casi de pedir por favor, en Cuba no hay fuerzas especiales policiales ni gases lacrimógenos, ni guanacos.
Los disidentes muchas veces han colaborado con embajadas extranjeras, se han vinculado con organizaciones terroristas (que no tiran piedras sino que hacen guerra biológica, sabotaje y atentados explosivos) y no han querido participar de los procesos democráticos e institucionales o cuando lo han hecho han perdido. Hay ejemplos de ello. Nadie puede decir hoy día que no tengan acceso a medios de comunicación aunque no sean oficiales. Los mas conocidos representan a grupos extremadamente minoritarios, aunque sin lugar a dudas la mayoría del pueblo cubano es crítica de la revolución en algún sentido, pero dan la pelea por mejorarlo desde adentro, no se prestan para campañas externas, siguen creyendo en el camino socialista emprendido y aún si salen en busca de oportunidades, no necesariamente quieren que Cuba sea un país capitalista más.
Sistema político
En Cuba los candidatos no son nominados o inscritos por los partidos, no hay que ser del Partido Comunista para ser proclamado, sino que son los vecinos en las circunscripciones (barrios) o las organizaciones de masas las que lo hacen.
Todos los cargos son electos o ratificados por elección popular, los más altos cargos son elegidos por los cuerpos colegiados, como el parlamento o Asamblea Nacional del Poder Popular, de entre los diputados electos y ratificados. Este es el caso de Raúl y Fidel. Los ministros son designados como en otros países. Todos tienen que rendir cuentas y son revocables. La inscripción es automática a los 16 años. El sistema no puede medirse con el molde del sistema liberal chileno, responde a una lógica de democracia popular participativa, y en términos de participación efectivamente le saca ventaja a cualquiera. No se basa en la competencia entre partidos y de hecho los excluye del proceso.
La idea de partido único en Cuba viene desde José Martí, quien siempre privilegió la unidad en el proceso de construcción y transformación social. El debate y la confrontación de ideas se da en su interior sin la necesidad de la disputa entre bloques o bancadas. Además la eliminación de clases sociales hace prescindible su necesidad de representación en distintos partidos.
La Constitución Cubana fue elaborada a través de un sistema constituyente con mucha discusión popular y las leyes se elaboran de la misma manera y solo son votadas cuando hay consenso en torno a ellas, después de haber pasado por múltiples instancias consultivas que involucra sobre todo a las organizaciones sociales.
Derechos sociales
Educación y salud gratuita y universal, incluye odontología, sistema de pensiones, acceso al deporte y la cultura. Estabilidad laboral, existen seguros etc. No vale hacer hincapié en esto porque son temas archiconocidos.
Economía y turismo
El país efectivamente esta económicamente bloqueado, lo que implica que no se reconoce su moneda como divisa, para comprar afuera lo que en Cuba no se fabrica tiene que ser en efectivo y con dólares que se tienen que obtener de algún lado (turismo, remesas, impuestos al cambio de moneda) y generalmente a través de terceros países, lo que sale muy caro.
La economía es prácticamente cerrada por lo que la moneda local vale casi nada comparado con la divisa, por eso la propina de un turista puede ser más plata que el sueldo de un médico. Si la economía no puede crecer, no se pueden subir los salarios y entonces lo que hace el Estado es mantener subvencionado los productos y servicios de primera necesidad. Por eso las comparaciones en cuanto a salarios son tan llamativas, pero nadie compara el costo ínfimo de valor de los servicios.
Algunos productos no pueden ser subvencionados para todos y eso produce dos economías casi paralelas, una a precio de Estado (subvencionada) con pesos y otra a precio de mercado internacional con dólares. Esto crea distorsiones, pero no tiene una solución fácil si hay bloqueo. También produce mercado negro y prostitución, pero en Cuba están bastante controlados para ser un problema tan grande. El mecanismo de combatir la prostitución a través de limitaciones a que los cubanos entren a los hoteles ya se ha eliminado.
No todo funciona en base a mercado y por eso cuando no se permitía comprar o vender casas o autos era porque el gobierno tenía la obligación de entregarlos, lo que ahora si se permite dada la insuficiencia de este mecanismo y el proceso de cambios que se ha iniciado.
Libertad de expresión
Como Cuba es un país que aún está en la Guerra Fría hay que compararla con lo que era otros países en este período. El acceso a internet es limitado pero más por el costo (tiene que acceder por satélite pues USA no deja que se conecte a la fibra óptica), hay varios diarios estatales, lo que no significa que estén controlados por el gobierno sino que tampoco responden a intereses o visiones privadas sino de sus colectivos editores que son funcionarios públicos. La objetividad puede ser cuestionable, pero mucho más lo de los medios privados casados con intereses económicos y pretender que la objetividad se obtiene con unos desmintiendo a los otros es falaz. La existencia de la célebre bloguera cubana es prueba de que no se persigue a nadie por decir su opinión, aunque sean cuestionables sus fuentes de financiamiento y a los intereses que responden
Nadie puede decir que en Cuba no hay debate político, que no se da abiertamente a todo nivel y que no ha habido un llamado abierto a cuestionar el sistema para mejorarlo de parte incluso de los órganos del Estado. Se han creado secciones especiales, para mostrar las criticas, hay programas de televisión sobre esto, congresos regionales y nacionales y la discusión es parte de la labor de cada centro de trabajo para lo que se hacen actividades en cada uno. Además en los barrios para recoger la opinión de la gente y en las asambleas de rendición de cuentas que son obligatorias con los dirigentes. Si alguien asiste a una, verá que se tratan sin tapujos todos los temas. El proceso de actualización del modelo que inicio Raúl se basa en esto.
Conclusión inevitable
Las ideas en que se sustenta la Revolución Cubana convocan a los hombres más nobles de todo el mundo y lentamente van creciendo cada vez más en Latinoamérica. Cuba tiene importantes problemas en muchos ámbitos, algunos como consecuencia de sus enemigos, el contexto internacional y otros por errores propios, pero la mayoría del pueblo aspira a seguir avanzando por el camino socialista ya emprendido.
Reproducido de Polis
Sin pretender entender a Cuba
Por Mijail Bonito Lovio
Después de leer la columna de Julio Sarmiento, quien se identifica como ex presidente de la FECh y militante comunista, titulada “Entendiendo a Cuba desde adentro”, no me queda más que responderla, por su inconsistencia, y el sofismo reiterado con que intenta paliar violaciones a los Derechos Humanos más que evidentes y que él mismo se da el gusto de señalar abiertamente. Respeto la posición del Sr. Sarmiento e incluso aplaudo que sea una muestra de la diversidad ideológica de los cubanos dentro y fuera de la Isla.
El Sr. Sarmiento aplica en su primer párrafo una descalificación abierta a los que descontextualizamos la realidad, “emigrados enojados con la realidad que les tocó vivir o disidentes exaltados por medios de comunicación externos.” Pasando esto por alto, solo puedo señalar que nuestras mutuas apreciaciones de la realidad cubana difieren.
Es por eso que trataré de señalar lo que considero errado en el texto del Sr. Sarmiento, léase errado como intento de manipular los hechos, al perder de vista que la soberanía y la autodeterminación radican en los pueblos y no en los gobiernos y que el bien jurídico superior debe ser la persona humana. Es así que no creo que el Sr. Sarmiento yerre de manera involuntaria en temas tan básicos como las libertades de movimiento o de expresión.
Asumo en este texto los puntos planteados por el Sr. Sarmiento en su mismo orden para que los lectores puedan asumir su propia opinión, más allá de los aportes de uno o de otro.
Restricciones para la migración
El Sr. Sarmiento señala que sólo los médicos recién graduados no pueden salir sin haber realizado trabajos previos para el país. Médicos con muchos años de graduados presentan dificultades para obtener permisos de salida de Cuba y estos pueden ser otorgados o denegados de manera arbitraria.
Afirmar que los disidentes son, en su mayoría, presos comunes además de irrespetuoso es ofensivo. En Cuba no hay presos políticos oficialmente, porque la doctrina oficial indica procesarlos por delitos comunes. Por esta razón hay muchos más que lo que realmente se conocen. Las opiniones contrarias al régimen son trastocadas en el delito de desacato o propaganda enemiga. Esto no es nuevo y mucho menos las muertes en las cárceles por huelga de hambre o trastornos de salud.
A la mayoría de los médicos que solicitan emigrar de Cuba, les retienen los permisos por un mínimo de cinco años y les envían a establecimientos de menor jerarquía durante ese tiempo, aunque su calificación profesional sea mayor. De hecho, un alto número de los médicos cubanos que residen en Chile llegaron al país en misiones oficiales, pues las salidas privadas son, por regla general denegadas, sin importar los años de ejercicio.
Todo profesional universitario, no solo el personal médico sanitario, para realizar una salida privada del país, debe elevar, además de los permisos de salida comunes, una solicitud al Ministro de su ramo, que puede ser o no aceptada, sin posibilidad de reposición. Son comunes los casos de profesionales cuyos títulos son invalidados y las legalizaciones les son negadas en casos de emigración por cualquier causa.
Escapa a toda lógica, que el Sr. Sarmiento señale que las mayores restricciones las ponen los países receptores de cubanos; como si éstos estuvieran en la obligación de aceptar a todo migrante. Su apreciación culpando al país receptor, pasa por alto que es el Estado cubano quien viola el Art. 13 inciso 1 de la Declaración Universal de DD.HH. donde se plantea que toda persona tiene el Derecho a salir de cualquier país, incluso del propio, y a regresar a él. Esto, sin hacer hincapié en el Decreto 217 que limita la movilidad interna en la Isla, imponiendo multas y deportación a sus lugares de origen a ciudadanos cubanos de regiones que emigren a la Habana, lo que no es solo una violación a la mencionada Declaración, sino también del Art. 43 de la Constitución de la República de Cuba.
EE.UU. y Cuba tienen un acuerdo por el que el primero debe otorgar veinte mil visas de residencia al año a ciudadanos cubanos. Acuerdo que, según el Sr. Sarmiento, EE.UU. incumple con el objetivo de incentivar las salidas ilegales. Discrepa en este punto el Sr. Sarmiento no solo conmigo, sino también con el Ministerio de RR.EE. de Cuba que señala en una nota oficial con fecha 12 de Enero del 2011, refiriéndose a la reunión de seguimiento del acuerdo entre ambos Gobiernos: “Se evaluó el cumplimiento de los compromisos contraídos por ambas partes con los acuerdos migratorios vigentes. En este intercambio se reconoció la disminución significativa de las salidas riesgosas entre Cuba y los Estados Unidos, como resultado de los esfuerzos emprendidos por los dos países para enfrentar el tráfico de personas y la emigración ilegal”. No sabemos cuál es la fuente consultada por el Sr. Sarmiento para sustentar sus dichos.
Según cifras oficiales entre 1994 y 1999 se otorgaron más de 95 mil visados a cubanos para emigrar a los EE.UU. y, en los últimos tres años, 108.979 cubanos obtuvieron el status de residencia permanente en EE.UU. según datos obtenidos en la web del Department of Homeland Security.
Olvida, además el Sr. Sarmiento que la Ley de Ajuste Cubano es una legislación de los Estados Unidos y que los cubanos emigran a los más disímiles lugares del mundo. Él mismo es un cubano emigrado en Chile. Las razones familiares son irrelevantes para exponer este punto.
Afirmar que la migración cubana es económica es una interpretación muy alejada del criterio global con el que se pretende disfrazarla. En primer lugar, contrario a “otros latinos”, los cubanos no tienen la menor posibilidad en su tierra de generar bienestar económico, debido a las limitaciones de índole político que les han impuesto. Nadie opta en primera instancia por emigrar. La familia y el lugar atan. Si los cubanos pudieran explotar posibilidades de desarrollo y crecimiento económico antes de tomar la decisión de emigrar y no se vieran obligados a la dependencia del Estado, entonces el Sr. Sarmiento tendría toda la razón. Pero esa posibilidad les está vedada.
En segundo lugar “los otros latinos” que viajan a EE.UU. lo hacen después de haber intentado, en sus países de origen, realizar alguna actividad económica que les permita desarrollarse. Al agotar sus posibilidades en el lugar que les vio nacer, intentan la emigración. Eso también pasa en Chile y no es de extrañarse. La emigración es un fenómeno global, pero la “peculiar realidad político social” con que el Sr. Sarmiento defiende la actualidad de la Isla no puede ser aplicada selectivamente para un tema u otro. En cualquier caso, estos emigrantes si pueden retornar a sus lugares de origen sin ninguna restricción y sin ninguna sanción de parte de sus gobiernos.
Remata este punto señalando que la campaña mediática enfatiza en “…los riesgos que están dispuestos a correr los cubanos para escapar del comunismo”. Pero nada se dice de los miles de latinos que corren los mismos riesgos en otras fronteras o de que ellos están escapando del capitalismo”. La respuesta no puede ser más básica. Si los miles de latinos que emigran a Europa, Canadá o EE.UU. escaparan del capitalismo, bien podrían solicitar visados o intentar emigrar a Cuba, Corea del Norte o China. Y no es tal.
La migración cubana sigue siendo política en tanto es el propio Gobierno cubano el que históricamente ha politizado dicha migración llamando a sus migrantes traidores y vende patrias y quién niega la entrada sin ulterior recurso a ciudadanos cubanos por estar más del tiempo permitido fuera del país.
Es cierto que el impedimento de EE.UU. a sus ciudadanos para viajar a Cuba podría ser una violación a los Derechos Civiles, pero ni el Sr. Sarmiento ni yo detentamos esa ciudadanía y el sistema judicial “gringo” tiene la independencia suficiente para declarar esa medida ilegal si así lo entendiere o le fuera solicitado. Mezclar peras con manzanas es solamente desviar la atención y justificar la actitud del gobierno cubano como algo que también pasa en los EE.UU. Algo que no aporta absolutamente nada a “entender a Cuba desde adentro” y que se intenta camuflar con el prisma foráneo. Dicha justificación implica además que “dos malas hacen una buena”, lo que viniendo de una persona con estudios universitarios es inaceptable.
Restricciones
Todos los cubanos tenemos restricción para el retorno si nos pasamos del año fuera de la isla, salvo los que cuentan con Permiso de Residencia en el Exterior. Además, todo cubano está en la obligación de, a partir del segundo mes de estadía fuera del país, pagar 1 dólar diario para tener “derecho” a retornar, lo que debe hacerse imperativamente antes del año. ¿No sé como pudo, el Sr. Sarmiento, haber olvidado este punto, que echa por tierra su sentencia?
Respecto a los viajes oficiales y la calificación de desertor. No es el país receptor el que califica de desertor a un cubano, ya sea médico, deportista o cooperante. No se ha visto jamás a un funcionario chileno ni a un ciudadano chileno diciéndole desertor en la calle a alguno de los tres miembros de la Brigada Médica Cubana que viajo tras el terremoto y que no regresaron a la Isla. Es el propio gobierno cubano el que lo hace, tanto en sus discursos oficiales como en sus medios de prensa y en el hecho de que les condena a no regresar a la patria indefinidamente. No es un resguardo para evitar quedar mal con los países con los que el gobierno cubano convenía estas misiones de profesionales. Es una sanción penal accesoria denominada destierro que se les impone sin juicio, sin sentencia y sin delito cometido. Esa es la práctica que debe condenarse y no la de los compatriotas que solo tratan de buscar algo de libertad y de apoyar económicamente a sus familias dentro de la Isla.
Sobre las “jugosas invitaciones” a deportistas no vale la pena opinar. Si estos no fueran considerados como patrimonio estatal socialista ni usados como material de propaganda por sus logros deportivos y se les permitiera elegir que hacer con sus vidas, ni su columna ni la mía tuvieran razón de ser. En términos chilenos, que es en el fondo nuestro público. Convendría preguntarle a Alexis Sánchez u otro destacado deportista qué opinaría si el Gobierno chileno le impidiera la entrada por haberse ido a jugar al extranjero, o peor aún, impidiera la salida de sus seres queridos de Chile, negando el encuentro familiar. ¿Quién sería responsable de limitar sus derechos, el Barcelona o el gobierno que le sanciona con el destierro por ejercer un derecho universal?
Disidencia
Afirmar que los disidentes son, en su mayoría, presos comunes además de irrespetuoso es ofensivo. En Cuba no hay presos políticos oficialmente porque la doctrina oficial indica procesarlos por delitos comunes. Por esta razón hay muchos más que lo que realmente se conocen. Las opiniones contrarias al régimen son trastocadas en el delito de desacato o propaganda enemiga. Esto no es nuevo y mucho menos las muertes en las cárceles por huelga de hambre o trastornos de salud. De muestra un botón, el líder estudiantil Pedro Luis Boitel murió en huelga de hambre en 1971 y Wilmar Villar murió en 2011. Muchos más perecieron durante esos 40 años en las cárceles.
Esas mismas cárceles que usted indica tienen mejores condiciones que en cualquier otro país. Siendo así, no se entiende como el gobierno cubano ha negado la entrada, en reiteradas ocasiones, a los inspectores de Naciones Unidas que han sido mandatados al efecto. Basta con ir a Youtube y buscar sobre las cárceles cubanas. Ahí se verá la realidad. En este punto, tampoco me ha sido posible encontrar las fuentes de las que dispone el Sr. Sarmiento para sus aseveraciones y ni siquiera alcanzo a suponer como puede asegurar las características de una cárcel cubana.
No obstante, por primera vez el gobierno cubano ha reconocido la existencia de presos políticos. Han hecho sucumbir su propia doctrina de la inexistencia en la liberación llevada a cabo con la Iglesia y el Gobierno español de Zapatero. La lógica es simple, nadie negocia a tan altos niveles por presos comunes. Los cubanos de a pie, más allá de los adornos propagandísticos del Granma y la Mesa Redonda saben, ahora oficialmente, que los presos sí son de conciencia y que la oposición es lo suficientemente fuerte como para formar parte del espectro de la Sociedad Política nacional. Estas razones, ya conocidas en el exterior, se han abierto a fuerza de huelgas de hambre y caminatas sonorizadas por escandalosos esbirros, al cubano común.
Sistema político
No son los vecinos quienes nominan a los candidatos como afirma el Sr. Sarmiento. Por espacio solo haré referencia a la elección a la Asamblea Nacional del Poder Popular, máximo órgano de poder del Estado, que sin embargo está supeditado constitucionalmente a los designios del Partido Comunista de Cuba, como “fuerza dirigente superior de la sociedad y del Estado”.
La Ley Electoral impone la creación de Comisiones de Candidaturas. Estas comisiones designan a los precandidatos que pueden ser: delegados electos de las Asambleas Municipales o ciudadanos, en el pleno goce de sus derechos electorales, que sean propuestos por la Comisión de Candidaturas Nacional. La Asamblea Municipal nomina, de este listado, a los candidatos a la Asamblea Nacional identificando, entre otras cosas, las organizaciones políticas y sociales a las que pertenece o, en lenguaje común, su nivel de compromiso con el “proceso revolucionario”. Este filtro excluye toda participación directa de las personas. Las comisiones están constituidas por miembros de las organizaciones de masas, en cuyos estatutos, sin distinción, aparece el PC Cubano como guía a la que se subordinan. Al ser igual el número de candidatos que el número de diputados a elegir, la elección se vuelve simple ratificación. Grosso modo, el error del Sr. Sarmiento en este punto es garrafal.
Otra vez desconozco la fuente del Sr. Sarmiento para arribar a sus conclusiones. La mía es la Ley 72, Ley electoral de la República de Cuba.
La idea de partido único en Cuba no viene desde José Martí. Esto es una manipulación, que todo aquel que tiene una somera idea de la obra martiana rechaza. La idea del Partido Revolucionario Cubano fundado por Martí se basó en enfrentar la lucha independentista con un solo puño, en un solo frente de cubanos unidos, pero una vez lograda la independencia generar una nación plural. Decía Martí: “Con todos y para el bien de todos”. El Partido Revolucionario Cubano: “…no tiene por objeto llevar a Cuba una agrupación victoriosa que considere a la Isla como su presa y dominio, sino preparar… la guerra que se ha de hacer para el decoro y bien de todos los cubanos…”. Desconozco si el Sr. Sarmiento tomó como fuente al propio José Martí o el último discurso de Raúl Castro ante la Primera conferencia del PC cubano en que interpreta a nuestro Héroe Nacional como el gestor doctrinario de la idea de partido único.
Derechos sociales
La gratuidad de la educación es muy relativa. En la educación primaria y secundaria no hay dudas, salvo por la ideologización de la enseñanza. En todos los textos cubanos hay culto a los líderes de la revolución y al comunismo. Recuérdese que en la Campaña de Alfabetización la frase utilizada para enseñar las vocales era: “Con la OEA o sin la OEA ganaremos la pelea”, justo en momentos en que Cuba era suspendida en ese foro.
Sobre la educación universitaria difiero sobre la gratuidad. Es preciso señalar antes que no estoy hablando de Chile ni de ningún otro país. Espero que si hubiere respuesta, lo que dudo, se centre en el tema cubano y no en comparaciones.
Si el Estado es el único empleador y el promedio de salario es de US$ 20 al mes. ¿Cómo sería posible cobrar a los padres algo por la enseñanza de sus hijos? En segundo lugar cada universitario debe realizar el servicio social como pago de su educación al país. Eso es justo, devolver lo que se ha invertido, pero cumplido esto debería acabarse la deuda con el Estado. Con las políticas migratorias desde hace 53 años la deuda se hace infinita, sobre todo si se es profesional médico sanitario.
Hay un punto incierto. Ningún trabajador estatal cubano conoce cuánto paga de impuestos al año ni bajo qué concepto. Al ser el Estado improductivo, los impuestos son imprescindibles. Cuánto de eso va a parar a educación o salud y cuánto de eso al mantenimiento del aparato burocrático represivo, es desconocido.
Sobre la seguridad social solo un roce. Es dudoso que una pensión de menos de la mitad del salario promedio cubano permita una vida digna en sus finales, máxime cuando los discursos de Raúl Castro se han caracterizado por anunciar a los cuatro vientos, la eliminación de subsidios y gratuidades.
Sobre la estabilidad laboral el Sr. Sarmiento debería escuchar más a Raúl Castro. 1,3 millones de empleados estatales cubanos quedaran disponibles en el transcurso de este año. Proceso que comenzó el año pasado con el despido masivo de 500 mil de ellos. Lo curioso y he aquí la “peculiar realidad político social” de Cuba, es que los despidos son llevados a cabo por la administración en conjunto con la única central sindical cubana. Misma organización sindical que, por Ley, encabeza las Comisiones de Candidaturas Electorales. No hubo ni habrá indemnizaciones por años de servicio. Los trabajadores cubanos no han ganado ese derecho. Solo la posibilidad de convertirse en “cuentapropistas”.
Cuba es, parafraseando al escritor cubano, C. A. Montaner, un socialismo sin subsidios y un capitalismo sin libertades.
Situación económica
La única inversión permitida en Cuba en las grandes esferas de la actividad económica es la extranjera. A los cubanos solo les esta permitido ejercer 178 oficios o servicios por cuenta propia. Esto, además de discriminatório, es un incentivo a la corrupción en las altas esferas de poder. Ellos representan a la parte cubana en dichas empresas. Chile tiene memoria fresca de esto.
No se puede afirmar que las medidas actuales tendrán larga vida. Se debe esperar el desarrollo de acontecimientos que signarán la economía cubana para tales aseveraciones. Tampoco es el primer proceso de reformas en Cuba. En 1986 se estableció el Proceso de Rectificación de Errores y Tendencias Negativas, que concluyó en el cierre de los Mercados Libres Campesinos, lo que acrecentó la escasez provocada por la desaparición del mundo socialista. En el año 1992 se permitió y, pocos años después, casi se eliminó la iniciativa privada.
Sí fuera exitosa la extracción de petróleo en Cuba. ¿Continuaría la actividad económica privada en la Isla, aunque solo fuera en la forma de oficios y servicios precarios? Dar una opinión sobre el alcance, intención y desarrollo de estas reformas no es más que expresar deseos y expresar deseos no es la forma de hacer “entender a Cuba por dentro”.
Cuando los ciudadanos prosperan económicamente sin dependencia estatal se fortalece la Sociedad Civil. Los gremios (legales o no) harán valer sus intereses frente a las autoridades. Un régimen totalitario que abarca y tutela todo espacio en la sociedad, no pasa de un día a otro a ser autoritario. Sus expectativas de vida disminuirían considerablemente. El gobierno cubano sabe de esto.
Libertad de expresión
Pretender que las discusiones convocadas desde el gobierno y sus entes, dentro del marco, de “modernizar el modelo socialista” son un ejemplo de libertad de expresión es un giro teórico, como mínimo, ingenuo. No puede haber libertad de expresión bajo las limitaciones de una discusión basada en la identificación al régimen. ¿Cómo podría ser libre alguien para expresarse si los cauces de la discusión ya vienen señalados? ¿Cree usted que un trabajador que tiene miedo a ser despedido podría, en su centro laboral, señalar que no le gusta el régimen y que debería ser cambiado?
La libertad de expresión es un derecho que el Estado tiene la obligación de garantizar. De lo contrario no tiene ninguna validez. En este caso la Constitución cubana ni siquiera lo garantiza, sino que lo limita desde su misma enunciación al señalar: “Se reconoce a los ciudadanos libertad de palabra y prensa conforme a los fines de la sociedad socialista”. En otra abierta violación de la Declaración Universal que prohíbe a los Estados limitar, modo alguno, los derechos reconocidos en ella.
Que la libertad de palabra y prensa estén garantizadas en la propiedad pública sobre los medios de comunicación y que usted afirme: “lo que no significa que estén controlados por el gobierno” no tiene precio. Un ejercicio a los lectores. Entre al sitio web de dos diarios en Cuba y distinga los titulares. Ahí verá si se rigen por políticas editoriales autónomas o no.
Pero seamos estrictos. Los derechos de manifestación y reunión también están limitados a la participación en las organizaciones sociales que el Estado reconoce y que, a su vez, reconocen al PC cubano como guía en sus estatutos. Toda otra organización u otra forma de ejercer estos derechos son, por ende, ilegales.
Conclusión
Es un secreto para mi, la fuente en que se basa el Sr. Sarmiento para enfatizar que “la mayoría del pueblo aspira a seguir avanzando por el camino socialista ya emprendido”. No sé de qué forma arribó a tamaña conclusión ni qué métodos de investigación social utilizó para ello. No me explico cómo alguien puede comprender el sentir de un pueblo que no tiene mecanismos para expresarse y además osar señalarlo como una conclusión inevitable.
Afirmar que las ideas de la Revolución Cubana convocan a los hombres más nobles del mundo es autorreferente y totalitariza la nobleza como actitud a favor de su ideología, convirtiendo al resto, que se oponga o disienta, en los antónimos perfectos.
No me convocan ideas de aquellos que encarcelan a los que disienten. No me convocan las ideas de aquellos que ordenan pegar a mujeres indefensas. No me convocan las ideas de los que dieron al traste con la autonomía universitaria en Cuba e hicieron desaparecer a las organizaciones de la sociedad civil. No me convocan las ideas de un gobierno que permite morir a sus prisioneros en huelga de hambre. No me convocan las ideas de un gobierno que envió tropas a cuanta guerra hubo, como satélite vulgar de una potencia extranjera. No me convocan las ideas de un gobierno que aceptó que una potencia extranjera plantara en suelo cubano misiles nucleares estratégicos. No me convocan las ideas de los que separan familias cubanas a diario con una política migratoria abusiva y sancionatoria. No me convocan las ideas de aquellos que han hecho, de la opresión a un pueblo entero, su modus vivendi.
Si a Usted, Sr. Sarmiento, le convocan, enhorabuena, pero le aconsejo que no jure nobleza.
11 de Abril de 2012
Entendiendo a Cuba desde adentro
Julio Sarmiento
Ex presidente de la FECh y militante comunista.
Pocos escapan a la especial fascinación que produce Cuba en quienes la conocen de cerca. Es común que provoque agudas reflexiones en quienes hayan reparado en su historia y continuos debates sobre su peculiar realidad político-social. Pero conocerla va más allá de una mirada superficial y es fácil perderse entre tanto argumento descontextualizado. La información objetiva suele sustituirse por relatos episódicos de emigrados enojados con la realidad que les tocó vivir o disidentes exaltados por medios de comunicación externos. Por eso quiero darle una vuelta a algunos temas para aportar desde mi cercanía.
La primera consideración que me parece pertinente hacer es que en Cuba no se ha terminado aún la Guerra Fría. El sistema político sigue asediado por una serie de enemigos económicos y políticos, que tienen una considerable cantidad de recursos puestos a disposición de cualquier campaña de desprestigio o desestabilización. Hay una larga lista de acciones que dan cuenta de ello, sabotajes, atentados, infiltraciones, etc. que se cometen desde organizaciones y gobiernos que buscan cualquier brecha posible. La reacción natural ha sido una serie de regulaciones y restricciones que abarcan los medios de comunicación, las disposiciones migratorias y otros. Es un país forzado a ponerse a la defensiva y no se le puede exigir grandes cambios mientras se mantenga el mismo contexto. Ha habido una apertura cautelosa justamente en post de la reducción de algunos riesgos.
Restricciones para la emigración
Los requisitos que pone el gobierno tienen que ver con un permiso de salida y la liberación de las responsabilidades del trabajo por el periodo solicitado. Tiene como lógica dar autorización para que las personas puedan dejar los puestos que podrían ser importantes para el país. Muchas más restricciones las ponen los países de destino para otorgar las Visas, y finalmente está el tema del valor de los pasajes de avión, algo que responde a los precios del mercado.
Nadie puede decir que en Cuba no hay debate político, que no se da abiertamente a todo nivel y que no ha habido un llamado abierto a cuestionar el sistema para mejorarlo de parte incluso de los órganos del Estado. Se han creado secciones especiales, para mostrar las criticas, hay programas de televisión sobre esto, congresos regionales y nacionales y la discusión es parte de la labor de cada centro de trabajo para lo que se hacen actividades en cada uno.
Solo algunas profesiones tienen especial restricción de esos permisos, los médicos por ejemplo. Si un médico quiere emigrar recién egresado, se le pide que trabaje unos años antes para que “devuelva” una inversión que el Estado hizo pensando que era para trabajar en el propio país.
El proceso se ha ido desburocratizando de a poco, pero que aún así haya gente que prefiera las balsas responde a otra causa. Existe en EE.UU. algo que se llama la Ley de Ajuste Cubano, vigente desde 1966, que dice que todo cubano que pise suelo gringo tiene derecho a residencia. Algo que se le niega a todos los otros latinos. El requisito es llegar ilegalmente, y cubanos que llegan a USA en avión se van a las playas a fingir que son balseros para obtener estos beneficios.
Es un incentivo coordinado con una poderosa campaña mediática que se empeña en resaltar “los riesgos que están dispuestos a correr los cubanos para escapar del comunismo”. Pero nada se dice de los miles de latinos que corren los mismos riesgos en otras fronteras o de que ellos están escapando del capitalismo. La principal emigración en cuba es económica, igual que en toda Latinoamérica y no política.
A partir de acuerdos que se firmaron en los 90, el gobierno norteamericano se comprometió a conceder 20 mil visas al año a los cubanos, pero no lo cumple. Por otro lado, resulta curioso destacar que a los ciudadanos norteamericanos les esté prohibido viajar a Cuba.
Restricciones para el retorno
Las personas que salen legalmente no tienen restricciones para volver, las restricciones para volver son a los que salen por motivos de trabajo: médicos o deportistas, y rompen el convenio para quedarse. Esto es un reguardo para evitar quedar mal con los países con los que se hacen los convenios y porque hay organizaciones que financian a las personas para que se queden y los hacen ver como desertores. Ejemplos son los deportistas olímpicos, que reciben jugosas invitaciones con muchas regalías con tal que deserten y hagan escándalo político.
Esto último hay que condenarlo así como toda la presión económica para incentivar esos discursos. En Miami los artistas y humoristas cubanos casi no pueden trabajar si no critican el “régimen cubano”, hacerlo te abre las puertas y lo contrario te convierte en un paria.
Sin lugar a dudas podría avanzarse más en este asunto, y ya han sido anunciadas algunas medidas dentro del paquete de reformas para actualizar el socialismo que se ha estado desarrollando en Cuba desde que Raúl Castro fue electo presidente.
Disidencia
La información está muy tergiversada por los medios. La mayoría de los encarcelados tienen delitos comunes comprobados, no están ahí por ser disidentes, todos los que estaban por actividades eminentemente de este tipo han sido liberados, a pesar de que constituyan riesgo para la seguridad, recordemos que en ese sentido sigue siendo casi un país en guerra. Por otro lado, las condiciones carcelarias en Cuba son mejores que en cualquier país y es cosa de ver las manifestaciones de las damas de blanco en youtube para darse cuenta de que la represión es casi de pedir por favor, en Cuba no hay fuerzas especiales policiales ni gases lacrimógenos, ni guanacos.
Los disidentes muchas veces han colaborado con embajadas extranjeras, se han vinculado con organizaciones terroristas (que no tiran piedras sino que hacen guerra biológica, sabotaje y atentados explosivos) y no han querido participar de los procesos democráticos e institucionales o cuando lo han hecho han perdido. Hay ejemplos de ello. Nadie puede decir hoy día que no tengan acceso a medios de comunicación aunque no sean oficiales. Los mas conocidos representan a grupos extremadamente minoritarios, aunque sin lugar a dudas la mayoría del pueblo cubano es crítica de la revolución en algún sentido, pero dan la pelea por mejorarlo desde adentro, no se prestan para campañas externas, siguen creyendo en el camino socialista emprendido y aún si salen en busca de oportunidades, no necesariamente quieren que Cuba sea un país capitalista más.
Sistema político
En Cuba los candidatos no son nominados o inscritos por los partidos, no hay que ser del Partido Comunista para ser proclamado, sino que son los vecinos en las circunscripciones (barrios) o las organizaciones de masas las que lo hacen.
Todos los cargos son electos o ratificados por elección popular, los más altos cargos son elegidos por los cuerpos colegiados, como el parlamento o Asamblea Nacional del Poder Popular, de entre los diputados electos y ratificados. Este es el caso de Raúl y Fidel. Los ministros son designados como en otros países. Todos tienen que rendir cuentas y son revocables. La inscripción es automática a los 16 años. El sistema no puede medirse con el molde del sistema liberal chileno, responde a una lógica de democracia popular participativa, y en términos de participación efectivamente le saca ventaja a cualquiera. No se basa en la competencia entre partidos y de hecho los excluye del proceso.
La idea de partido único en Cuba viene desde José Martí, quien siempre privilegió la unidad en el proceso de construcción y transformación social. El debate y la confrontación de ideas se da en su interior sin la necesidad de la disputa entre bloques o bancadas. Además la eliminación de clases sociales hace prescindible su necesidad de representación en distintos partidos.
La Constitución Cubana fue elaborada a través de un sistema constituyente con mucha discusión popular y las leyes se elaboran de la misma manera y solo son votadas cuando hay consenso en torno a ellas, después de haber pasado por múltiples instancias consultivas que involucra sobre todo a las organizaciones sociales.
Derechos sociales
Educación y salud gratuita y universal, incluye odontología, sistema de pensiones, acceso al deporte y la cultura. Estabilidad laboral, existen seguros etc. No vale hacer hincapié en esto porque son temas archiconocidos.
Economía y turismo
El país efectivamente esta económicamente bloqueado, lo que implica que no se reconoce su moneda como divisa, para comprar afuera lo que en Cuba no se fabrica tiene que ser en efectivo y con dólares que se tienen que obtener de algún lado (turismo, remesas, impuestos al cambio de moneda) y generalmente a través de terceros países, lo que sale muy caro.
La economía es prácticamente cerrada por lo que la moneda local vale casi nada comparado con la divisa, por eso la propina de un turista puede ser más plata que el sueldo de un médico. Si la economía no puede crecer, no se pueden subir los salarios y entonces lo que hace el Estado es mantener subvencionado los productos y servicios de primera necesidad. Por eso las comparaciones en cuanto a salarios son tan llamativas, pero nadie compara el costo ínfimo de valor de los servicios.
Algunos productos no pueden ser subvencionados para todos y eso produce dos economías casi paralelas, una a precio de Estado (subvencionada) con pesos y otra a precio de mercado internacional con dólares. Esto crea distorsiones, pero no tiene una solución fácil si hay bloqueo. También produce mercado negro y prostitución, pero en Cuba están bastante controlados para ser un problema tan grande. El mecanismo de combatir la prostitución a través de limitaciones a que los cubanos entren a los hoteles ya se ha eliminado.
No todo funciona en base a mercado y por eso cuando no se permitía comprar o vender casas o autos era porque el gobierno tenía la obligación de entregarlos, lo que ahora si se permite dada la insuficiencia de este mecanismo y el proceso de cambios que se ha iniciado.
Libertad de expresión
Como Cuba es un país que aún está en la Guerra Fría hay que compararla con lo que era otros países en este período. El acceso a internet es limitado pero más por el costo (tiene que acceder por satélite pues USA no deja que se conecte a la fibra óptica), hay varios diarios estatales, lo que no significa que estén controlados por el gobierno sino que tampoco responden a intereses o visiones privadas sino de sus colectivos editores que son funcionarios públicos. La objetividad puede ser cuestionable, pero mucho más lo de los medios privados casados con intereses económicos y pretender que la objetividad se obtiene con unos desmintiendo a los otros es falaz. La existencia de la célebre bloguera cubana es prueba de que no se persigue a nadie por decir su opinión, aunque sean cuestionables sus fuentes de financiamiento y a los intereses que responden
Nadie puede decir que en Cuba no hay debate político, que no se da abiertamente a todo nivel y que no ha habido un llamado abierto a cuestionar el sistema para mejorarlo de parte incluso de los órganos del Estado. Se han creado secciones especiales, para mostrar las criticas, hay programas de televisión sobre esto, congresos regionales y nacionales y la discusión es parte de la labor de cada centro de trabajo para lo que se hacen actividades en cada uno. Además en los barrios para recoger la opinión de la gente y en las asambleas de rendición de cuentas que son obligatorias con los dirigentes. Si alguien asiste a una, verá que se tratan sin tapujos todos los temas. El proceso de actualización del modelo que inicio Raúl se basa en esto.
Conclusión inevitable
Las ideas en que se sustenta la Revolución Cubana convocan a los hombres más nobles de todo el mundo y lentamente van creciendo cada vez más en Latinoamérica. Cuba tiene importantes problemas en muchos ámbitos, algunos como consecuencia de sus enemigos, el contexto internacional y otros por errores propios, pero la mayoría del pueblo aspira a seguir avanzando por el camino socialista ya emprendido.
1 comments:
Hay,por que eres tan abusador¡Supongo ese perrito sarnoso salio con la colita entre las piernas.O no quizas,comunista al fin,retorica alante.Nada ,que estos tratan venderle al mundo otra Cuba.A falta del imperio Ruso,bueno nada mejor para los stalinista que una pequeña isla como estandarte.
20 de abril de 2012, 2:46Publicar un comentario