Vivimos el peor desamparo y prejucio contra la comunidad LGBT en la historia de Cuba
En Cuba, “ser tratados y tratar a los demás como seres humanos” como lo manifestaba el desaparecido Fidel Castro, en su concepto de “revolución”, está lejos de ser una realidad. Los gobernantes han dividido socialmente al pueblo cubano, sembrando ellos mismos males que afectan a la población colocándola en una dramática situación.
Tal es el caso de la Comunidad LGBT, que en nuestro país presenta la peor situación económica y desamparo en toda su historia, originada por una política agresiva que se ha impuesto de manera injusta mostrándoles indiferencias tan sólo por su orientación y preferencia sexual.
La situación de todas estas personas en Cuba con relación a otros países del área es pésima. Si nos remontamos atrás a los años ochenta podemos recordar lo que vivieron las madres cuando el régimen montó una red de persecución sobre sus hijos de forma despiadada y atroz, invadían los domicilios y tanto a los que se les conocía se preferencia sexual como a los que se les imaginaba, los arrancaban del seno familiar. Muchos por suerte fueron desterrados vía Mariel al soñado Paraíso Americano donde podrían desarrollarse dentro de una sociedad más justa y más libre.
A muchos otros les toco vivir un mal de pesadillas porque fueron enviados a la escalofriante cárcel de Luma en el municipio de Camagüey, donde los mantenían desnudos en las celdas, pelados al raspe, abusados sexualmente, obligados a trabajos forzosos entre otras muchas cosas más. Todo esto según el orden interior que imperaba en esta prisión era para que se convirtieran en verdaderos hombres de la sociedad cubana.
Claro esta que para el régimen político de la isla, hombres de la sociedad cubana son todos aquellos que actúan como esclavos de lo que ellos disponen, obedeciéndolos en todo menos en protestar.
En Cuba las condiciones de vida de los transexuales son desfavorables y no se cuenta con ellos para el desarrollo económico y social del país, debido a que no son aceptados como grata compañía en los centros laborales y lugares de residencia. Son criticados constantemente por su forma de vestir y muchas veces agredidos brutalmente cuando tratan de participar como un ciudadano mas de la las actividades sociales. Son rechazados, abusados sexualmente, mal atendidos por los centros de salud a los que corresponden y muchos deben de vivir de su cuerpo para poder sobrevivir porque gracias a este sistema no se les da opción ninguna para ser reintegrarlos a la sociedad y vivir de un empleo justo y honrado.
Hoy en día ha desaparecido totalmente la ética profesional para atender los casos de enfermos del VIH-SIDA, por lo que actualmente no reciben ningún beneficio por parte del gobierno y todo se queda en las propagandas de los manipulados medios de información. Es de destacar que las mal llamadas dietas no es ni la primera parte de lo que lleva un contagiado con el síndrome, pues lo poco que dan de alimento no posee la calidad necesaria ni las calorías y vitaminas que deberían llevar para estos casos, que muchas veces se ven afectados por la tardanza y la mala distribución de estos productos.
Se dice al mundo que Cuba lucha por un modo de vida nuevo, pero la verdad es que la Comunidad Gay y los Enfermos de VIH-SIDA han sufrido profundos cambios que se contrastan enormemente con lo que predica el sistema. Sus oportunidades de trabajo son pocas porque si bien no son aceptados en unidades de elaboración, prestación de los servicios o otras por temor a contagiar la salud publica y por no ser confiables al sistema, tampoco se han proyectado para crearles talleres o otras entidades de producción donde puedan trabajar y buscarse su salario.
Esta situación a llevado a muchos a realizar duros trabajos que no son bien remunerados, otros han tenido que ir a las calles a mendigar o poder vivir gracias a la prostitución y otros muchos han tomado una salida muy triste a sus duros problemas, la del “suicidio”.
Ellos también tienen sus sueños, sus ilusiones pero día a día sus esperanzas de vida son pisoteadas y ultrajadas, muchos quieren tener la oportunidad de un cambio de sexo pero a esto solo le pueden llegar aquellos que tienen amigos en la cúpula y los bien allegados a Mariela Castro Espín, siempre y cuando tengan para dar una buena suma de dinero, de lo contrario sus condiciones para recibir las transformaciones que desean hacerse siempre van a ser las mismas.
Por eso y por tantas cosas en nombre de la Comunidad LGBT y los Enfermos de VIH-SIDA le queremos pedir a las Naciones Unidas, la ONU y toda organización que quiera sumarse y darnos su apoyo, para que garanticen con carácter urgente la protección y la ayuda necesaria para nuestra comunidad para que se realice en Cuba grandes esfuerzos relacionados con la salud, el empleo, la educación y otros que requieran soluciones urgentes para la atención de todas estas persona.
Por Leodan Suarez Quiñones, Defensor del Pueblo, Representante de la Comunidad LGBT en el Occidente Cubano y Delegado del CID en San Juan y Martínez, Pinar del Río.
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