jueves, 9 de febrero de 2017

¿Somos cobarde los cubanos que vivimos en Cuba?

El  Pastor José Miguel Ramírez Pérez es  el Presidente del movimiento cristiano Pastores por la  Verdad, fundado en el 1999 . Es miembro de Cuba   Independiente  Democrática  (el CID) desde 2013 y
 lucha en la oposición desde el año 1994. 


Cuando los hombres y mujeres de este país decidimos romper vínculos con el gobierno castrista y luchar por el respeto a los derechos humanos de la población, estábamos conscientes de la furia que el régimen desataría  contra nosotros.  Sin embargo, las consecuencias de la rebeldía son más complejas y maquiavélicas de los que imaginábamos.  

Uno sabía que el arma típica de las dictaduras totalitarias era la represión de sus cuerpos policiales, sus grupos violentos, su servicio de vigilancia y su ejército de informantes.  Todo esto acompañado de una masiva propaganda descalificadora que siembra odios y estimula en sus fanáticos la violencia contra el que se resiste.

Pero el abuso va más allá que la persecución al opositor.  Ni nosotros, ni nuestros cónyuges, tenemos acceso a empleos. Somos una clase marginada a la que hay que aplastar, hacerle la vida imposible y si es necesario desaparecerla. 

Quienes decidimos formar parte de la oposición no siempre entendemos que la familia tendrá que pagar el mayor precio porque ellos se convierten en el principal objetivo del régimen.  La dictadura hace todo lo necesario para dañar emocionalmente a nuestros seres más queridos y más cercanos para que se vuelvan contra ti. 

Cuando la represión y la persecución te acorrala y tu familia tiene que pasar hambre y necesidades porque no consigues trabajo, te cierran por donde quieras resolver y no hay nadie en el exterior que te de un aliento moral o te tienda una mano, tarde o temprano llegas a la encrucijada  de tener que escoger entre tus ideales o tu familia.  

Cuando escogemos seguir enfrentándonos y la familia decide apoyarte en lugar de abandonarte,  te has lanzado por el camino en que solo puedes sostenerte tu decisión personal de no claudicar.

Es necesario que los exiliados sepan que en Cuba hay hombres y mujeres decentes y valientes, decididos a quedarse aquí y a seguir predicándole al pueblo con el ejemplo y la palabra para que superen  el temor y enfrenten al régimen como puedan.  Esa lucha la vamos ganando, cada vez son mas cubanos los que hablan y reclaman. 

No habrá un aliento mágico que convierta a los cubanos en un pueblo con fe en su destino que lo inspire a superar su temor.  Eso será el resultado de nuestro ejemplo y nuestro trabajo diario que solo es posible llevar hacia delante con el apoyo del exilio cubano y la gracia de Dios. 

La lucha es ahora y nuestra, esperar a que otro país nos resuelva nuestro problema es darle la espalda a la patria y a su pueblo.  Es declararse vencido.  Necesitamos el respaldo de nuestro compatriotas en el exilio y el pueblo necesita su aliento.  No digan mas que los cubanos son unos cobardes, no ayuden a la dictadura a desmoralizarlos. No se alienta a nadie diciendole que no puede, al contrario, hay que insisitirle que si pueden y predicarles con el ejemplo y esto es valido tanto los cubanos en el exterior como para los que vivimos adentro.

Por el Pastor  José Miguel  Ramírez Pérez, CI: 54080902806, dirección calle Pelayo Paneque # 38 alto, entre José Mastrapa y Rafael Martínez, Reparto Casa Piedra,  Las Tunas,  Las Tunas, Cuba.

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