El ex-presidente
José Figueres saluda a Huber Matos
en el aeropuerto en Costa Rica en octubre de
1979
En la tarde del 26 de febrero de 2014 todos estábamos atentos al estado de salud del hombre que nos enseñó a defender nuestros ideales, Huber Matos Benítez, el Comandante de la Democracia. El más audaz y exitoso de los jefes de la lucha revolucionaria. El dirigente que fue fiel a la promesa del Movimiento 26 de Julio: derrocar la dictadura de Batista y restablecer una democracia multipartidista en Cuba. En la madrugada del 27 de febrero de 2014, recibimos la dolorosa noticia de su fallecimiento. Todos nos llenamos de luto; el CID en Cuba rindió tributo al Comandante Huber Matos.
Hoy volvemos a recordar pasajes de su vida. Por su audacia, por su valentía personal y por su liderazgo competente, él se ganó el respeto y admiración de los guerrilleros de la Columna 9, Antonio Guiteras, la columna que estuvo a cargo de la rendición y toma de la ciudad de Santiago de Cuba, hecho determinante en la victoria del final de la revolución cubana.
Huber Matos nunca fue un incondicional a Fidel Castro y cuando sospechó que la revolución se estaba convirtiendo en un régimen comunista discutió con Castro la gravedad del hecho y luego, arriesgando su vida, denunció públicamente la traición. El 19 de octubre de 1959 en una carta de renuncia expuso una vez más su desacuerdo con lo que pretendía Fidel. El 21 de octubre Matos fue arrestado en Camagüey y misteriosamente, siete días después de su detención, cuando ya Huber Matos se encontraba en prisión, su amigo y compañero, el Comandante Camilo Cienfuegos, desapareció para siempre en forma inexplicable.
El juicio contra Matos comenzó el 11 de diciembre de ese mismo año y en ningún momento del proceso se le pudo probar otra cosa que su preocupación por el control que los comunistas estaban tomando del proceso revolucionario. Era en los tiempos en que Fidel Castro negaba que él fuera comunista y quien dudara de su palabra se convertía en un traidor. Huber fue injustamente condenado a 20 años de prisión y los cumplió en rebeldía desde el primero hasta el último día.
El 21 de octubre de 1979 cumplió su condena y una comisión enviada por el Presidente de Costa Rica, Rodrigo Carazo, lo esperaba en La Habana para acompañarlo en un vuelo hasta ese país donde lo esperaba su familia, cientos de exiliados cubanos y su amigo el ex-presidente José Figueres; también el futuro presidente y premio Nobel de la Paz, Oscar Arias Sánchez, entre otros distinguidos costarricenses.
Un año después, en octubre de 1980, fundó el movimiento Cuba Independiente y Democrática (el CID) en Caracas, Venezuela, con el apoyo de los dos partidos políticos de ese país, el social demócrata Acción Democrática y el demócrata cristiano COPEY. Al congreso asistieron cientos de cubanos y venezolanos quienes aprobaron La Declaración de Caracas en que la organización se comprometió a: “luchar por el establecimiento en nuestra patria de una sociedad consagrada a la libertad y la dignidad humana, totalmente democrática y soberana, socialmente equilibrada y justa”.
El Comandante falleció en la madrugada del jueves 27 de febrero de 2014 en la ciudad de Miami, Florida, a los 95 años. Siguiendo sus deseos sus restos fueron trasladados a Costa Rica, país que lo acogió cuando llegó exiliado por primera vez durante la lucha revolucionaria contra Batista en 1957. Allí permanecerán sus restos hasta que los recibamos en una Cuba, Independiente y Democrática.
En los combates de la Columna 9 Huber Matos siempre marchó al frente de sus hombres, lo que nunca hicieron Fidel ni Raúl Castro. Huber condenó la traición comunista denunciándola sin huir de Cuba; pasó 20 años de prisión retando a los esbirros y en el exilio vivió con modestia y honestidad, entregado hasta el último día a la causa de la libertad. Cuando se dio cuenta que faltaban segundos para el final de su vida dijo con firmeza y con el mismo heroísmo con que siempre vivió: ¡La lucha continúa! ¡Viva Cuba Libre!