miércoles, 27 de mayo de 2015

Uno de los beneficios de las nuevas relaciones entre la dictadura y los Estados Unidos


A las afueras de La Habana, en el capitalino municipio de Boyeros, se llevan a cabo las obras de lo que será a todas luces un nuevo e inmenso complejo al servicio del régimen. Emplazado en las inmediaciones del reparto Capdevila y protegido de miradas curiosas por un imponente muro perimetral va tomando forma esta edificación que, aunque oficialmente no se ha dado a conocer uso social alguno, los vecinos del lugar comentan que según  manifiestan los propios constructores, esta albergara los futuros laboratorios centrales de criminalística y otros servicios de investigación. 


Acceder al sitio en pos de una correcta cobertura periodística se hace imposible, solo podemos ser observadores y percibir así el trasiego de equipamiento, materiales de construcción y mano de obra especializada, toda ella transportada por vehículos pertenecientes a las empresas constructoras del Ministerio del Interior. 


Otro detalle poco alentador resulta de que la colaboración de los vecinos es ciertamente escasa, ya que en su gran mayoría los pobladores son personal militar retirado o en funciones y civiles que laboran en las FAR o el propio MININT, salvo los que habitan algunas viviendas asignadas por programas de la Oficina del Historiador de la Ciudad. ¿Constituirá ello toda una casualidad, o una de las ventajas al elegir este emplazamiento radica precisamente en la atmosfera propicia al secretismo que rodea el lugar casi de forma natural? 


¿Por cuánto tiempo más continuarán estas obras sin que se dé a conocer a la población en que invierte el Gobierno sus recursos materiales? mientras los programas de la vivienda acumulan décadas de retraso por las supuestas carencias impuestas por  “el Bloqueo”, tradicional fuente de justificaciones para todo lo mal hecho. 


Muchas son las interrogantes que se presentan, una de las más inquietantes, de hecho manifestada por uno de los vecinos y que por razones obvias pidió no ser identificado, llama a la reflexión:  las ganancias que deje el proyecto de la terminal de contenedores del puerto del Mariel, o con esto de la normalización de relaciones Cuba Estados Unidos, la plata que entre por concepto de nuevas inversiones, se utilizará para apuntalar aún más los mecanismos represivos gubernamentales, o ¿veremos nosotros, el pueblo, un beneficio directo y tangible con todo ello? Creo que la respuesta es más que conocida, pero solo será posible comprobarla a través de los hechos venideros y del tiempo.


Por Steve Maikel Pardo Valdes, activista del CID en el municipio 10 de Octubre


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1 comments:

Rhapsody dijo...

EN CUBA TODO ES SECRETO.....SOLO CON SABER QUE AL DINASTÍA CASTRO LE HA NEGADO CUALQUIER TIPO DE LIBERTAD DE EXPRESIÓN POR CUALQUIER MEDIO AL PUEBLO CUBANO DESDE HACE MAS DE MEDIO SIGLO, QUE TODOS LOS MEDIOS DE COMUNICACIÓN REPITEN UNA Y OTRA VES ,DESCARADAS MENTIRAS EN FAVOR DEL RÉGIMEN......¿QUE SE PUEDE ESPERAR?.........

30 de mayo de 2015, 11:22

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