Bueno, “y ahora qué? “ si según Raúl Castro, el Fidelismo ha ganado la guerra…El dictador no dijo contra quién: ¿los Estados Unidos?, ¿la Unión Europea?, ¿las democracias occidentales?, ¿el pueblo cubano…?
No sabemos contra quien Raúl ha ganado SU guerra, lo que si sabemos son las consecuencias sobre nuestro sufrido pueblo de cada victoria de los hermanos dictadores y su dinastía revolucionaria. La dictadura de los hermanos Somoza en Nicaragua les hizo herederos del modelo de las dinastías familiares. La de Papa Doc et Baby Doc en Haití como también la dictadura de los sublimes Kim Il Sung en Corea del Norte (padre, hijo y tal vez nieto....)
¿Cuáles han sido las batallas ganadas que han permitido ahora a la dictadura de los hermanos Castro de ganar la guerra?
¿La batalla de la paz?: en 1959, entre cantos y gritos de victoria, Fidel anunció el fin de la guerra contra Batista y los "20.000 muertos" (a Fidel siempre le ha gustado dar cifras bien redondas y sus mentiras siempre han sido confirmadas por estadísticas inventadas para él). ¿Quién no se acuerda de aquel famoso discurso del 8 de enero de 1959 “¿Armas para qué?” cuando el Comandante victorioso mentía al pueblo diciéndole:
“¿Quiénes pueden ser hoy o en lo adelante los enemigos de la Revolución? … yo digo y yo juro ante mis compatriotas que si cualquiera de mis compañeros, o nuestro movimiento, o yo, fuésemos el menor obstáculo a la paz de Cuba, desde ahora mismo el pueblo puede disponer de todos nosotros y decirnos lo que tenemos que hacer. Porque soy un hombre que sabe renunciar, porque lo he demostrado más de una vez en mi vida... Creo que hemos demostrado suficientemente haber luchado sin ambiciones. Creo que ningún cubano albergue sobre ello la menor duda…”
¿Por qué y para qué tanta farsa y tantas mentiras al mismo tiempo?
En primer lugar con ese discurso Fidel dio su primer paso de dictador acorralando a su enemigo más peligroso, el Directorio Revolucionario que mantenía aún una fuerte simpatía en la juventud cubana y que desconfiaba de Fidel por su pasado ligado a los gánsteres que frecuentaban la Universidad de La Habana.
Ese discurso donde alardeaba hasta el paroxismo de su pacifismo, le permitió convertir la Isla en un gigantesco cuartel con más de 500.000 milicianos armados en los años 70, así como la participación militar de Cuba en más de una docena de países. Pacifismo que pondría Cuba en el epicentro de la Tercera Guerra Mundial en 1962 y el mundo al borde del abismo nuclear.
A partir de esa batalla ganada en apariencia Fidel empezó a tomar medidas que lesionaban los intereses estadounidenses en otro discurso memorable donde nacionalizaba de un plumazo propiedades, fábricas de licores, empresas de teléfonos, electricidad, unos dos millones de acres de tierras, de cañaverales, además de fábricas, compañías de servicios básicos, de operaciones mineras y puertos. etc.
Al mismo tiempo prometía en un alarde que demostraba más su ignorancia de las leyes de la economía que sus ideas populistas que “la Revolución regalaría las viviendas al pueblo, que la electricidad, los teléfonos, los servicios públicos, la educación, la salud serian gratis y que el hambre seria erradicada del país : “produciremos más leche que Francia “, llegó a declarar entre otras mentiras.
Sabemos cuál fue la reacción de Washington: rompió relaciones con Cuba en 1961, le impuso un embargo económico, Cuba fue excluida de la OEA (Organización de Estados Americanos) y desde entonces comenzó la travesía del desierto que vivimos con nuestro pueblo.
De esa batalla económica el dictador Castro nos obligó a entrar en otra más peligrosa sobre la escena internacional donde estaba en juego el destino de la humanidad, en octubre de 1962, poniendo en peligro inminente la destrucción de nuestro pueblo y del mundo entero con la crisis de los misiles. En esa batalla verdadera ruleta ruso-americana no teníamos nada que ganar y sí mucho que perder.
De esa batalla hoy sabemos que solo fuimos títeres en manos de los soviéticos que finalmente consiguieron lo que querían: sacarse de encima los cohetes americanos de Turquía y afianzar la presencia comunista en América Latina. Se sabe que en aquella crisis Fidel quedó defraudado de Nikita Jruschov por no permitirle (felizmente !) poner siquiera el dedo sobre el gatillo atómico a pesar de que el Máximo Leader en un arranque de patriotismo y amor por la humanidad le había pedido a Jruschov que la Unión Soviética lanzara el primer ataque atómico sobre los Estados Unidos*.
Durante la reunión con Mikoyan en La Habana el 12 de noviembre de 1962 tras la crisis, Fidel hará una declaración que marcará la relación con la Unión Soviética durante años : “Estados Unidos nos quería destruir físicamente, pero la Unión Soviética, con la carta de Jruschov, nos destruyó jurídicamente ". Y más tarde, Fidel dará testimonio de su amor por el pueblo cubano:
“Cuba no puede ser conquistada, sólo puede ser destruida"**.
Esa batalla la perdió Fidel y tal vez por eso se lanzó en otra que también perdió y nos llevó de nuevo a la ruina económica : ¡la batalla de los 10 millones! Yo tuve la oportunidad de ver directamente como todos los recursos humanos y económicos se invirtieron en esa batalla que los mejores amigos de la Revolución de aquella época y conocedores como nadie de los insumos necesarios para obtener tal objetivo (los agrónomos franceses Michel Gutelman, Rene Dumont, etc. que habían trabajado en Cuba durante años) consideraban como una locura más del Comandante en Jefe. Fue esa oposición abierta al objetivo fijado por Fidel hará que Rene Dumont (uno de los más grandes especialistas mundiales de la agricultura) fuera acusado por Fidel de agente de la CIA y reenviado a Paris en el primer avión.
La siguiente batalla de los Castro fueron la guerras napoleónicas en África donde morirían cientos de cubanos (la mayoría negros) sacrificados en nombre del Internacionalismo Socialista. Esa dramática epopeya terminaría con el juicio de tipo estaliniano y el fusilamiento de quien fue su alter-ego en Angola, el Comandante Arnaldo Ochoa (sabemos que en realidad Ochoa quiso aplicar en Cuba la Perestroika de Gorbachov y que los hermanos dictadores tuvieron que cortar rápidamente la hidra de la “transparencia”).
Esas guerras en Angola donde los pilotos cubanos bombardearon sin piedad con bombas químicas (regalo del KGB pero prohibidas por los acuerdos internacionales) las tropas de la UNITA que solo servirían para mantener otro dictador corrupto que vio en el período de la Guerra Fría la oportunidad de apoderarse del petróleo de Angola. (Hoy sabemos por qué lucharon nuestros compatriotas y por qué murieron en tierras extrañas: Isabel Dos Santos, la hija del Presidente Dos Santos que Fidel apoyó con las vidas de nuestros compatriotas ha sido considerada por la revista FORBES como la mujer más rica de África con una fortuna de más de dos billones de dólares).
Con la implosión del comunismo soviético, la desaparición del Che y la muerte de Hugo Chávez, el romanismo revolucionario de los hermanos Castro toco fondo y nuestra historia se convirtió en la pesadilla diaria de los cubanos para sobrevivir o echarse al mar para morir. El modelo cubano, como declaró a un periodista estadounidense Fidel “ ya no funciona ni siquiera para nosotros".
¿Ha ganado la dictadura realmente la batalla? Analicemos.
La dictadura castrista se ha mantenido en pie durante años gracias al cemento ideológico de la guerra (inventada por Fidel) contra el “enemigo capitalista”. A pesar de ese cemento ideológico el conjunto de las batallas llevadas hasta ahora han sido un fracaso total que sea del punto de vista económico, social y político.
Ningún cubano piensa que Raúl va traerles el arroz a su olla ni los plátanos al sartén porque no pudo hacerlo con los soviéticos ni con Chávez.
¿Piensa el cubano de la calle que los enemigos de ayer (los americanos van a resolverles la “papa”? Y si así fuera, ¿cuál sería esta vez el cemento ideológico para mantenerse en el poder puesto que es precisamente el enemigo que nos ha permitido de vivir mejor?
Tendrá Raúl (ya que Fidel no puede ni pensar) que decirle al pueblo: ¡ya no somos comunistas (con la URSS) ni socialistas (con Chávez), ahora somos…americanos!
[*] Carta de Jruschov a Fidel Castro el 30 de octubre de 1962. Sobre la crisis de octubre léanse los comentarios del historiador cubano Servando González « Doce preguntas sobre la crisis de los cohetes de octubre de 1962 »
[**] Adolfo Gilly: a la luz del relámpago: Cuba en Octubre.
Por Francisco Condis y Troyano,
Profesor Emérito de Economía en la Universidad de Lovaina y representante de Cuba Independiente y Democrática (CID) en Europa del Este.