La corrupción en Cuba “socialista”
Un nuevo escándalo de corrupción acaba de ser destapado por el gobierno en el sector petrolero, con pérdidas “millonarias” y daños a 14 pozos petroleros, que terminó con condenas de prisión a un empresario argentino y seis cubanos, dos de los cuales recibían 600 dólares mensuales por sus actividades ilegales, mientras un grupo de hasta 25 funcionarios cubanos vinculados al sector recibían regalos sistemáticamente.
Lo importante y escandaloso no son los casos que se conocen, sino todos los no conocidos, sea por ineficiencia de los controles del gobierno o porque la dictadura los esconde para proteger a los suyos. ¿Acaso la Contraloría General de la República, tan estricta contra corruptos menores, investigará a Antonio, hijo de Fidel Castro, por sus escandalosas vacaciones en Grecia y Turquía en un yate de 50 metros de largo, donde se hospedaron en hoteles de lujo, en cinco suites que cuestan no menos de mil dólares diarios cada una? ¿De dónde salió el dinero que gastan placenteramente Castro hijo y sus compinches mientras su padre y su tío continuamente piden a los cubanos sacrificios y esfuerzos, mientras no son capaces ni de garantizar un vaso de leche a los niños mayores de siete años?
La corrupción no ocurre por casualidad. La “revolución” lleva la corrupción en sus entrañas, porque al despojar de sus propiedades a sus legítimos dueños y convertirlas en patrimonio “del pueblo”, en realidad las convierten en propiedad de un Estado indolente e inepto, donde sus funcionarios no tienen el menor interés en proteger lo que no es suyo. Al contrario, son los primeros que aprovechan, por sus cargos y relaciones, para apropiarse de todo cuanto puedan y encubrir sus delitos. Se vinculan entre ellos mafiosos que intercambian “favores”, y se reparten lo que debería ser de todos, pero que en realidad termina siendo de una pandilla de delincuentes con cargos de “dirigentes”, nombrados y apoyados por “dirigentes” superiores más corruptos todavía, que en vez de apropiarse de recursos de empresas y fincas se han apropiado, durante más de medio siglo, de toda la república y sus riquezas, que cada vez son menos porque todas se las han robado escandalosamente.
En las democracias también existe corrupción y se castiga fuertemente. Y en Cuba no todos los dirigentes son corruptos. Pero mientras exista la “revolución socialista” existirá la corrupción, hija natural de esa perversa “revolución socialista”.
Por Rolando Pupo Carralero
del Comité Ejecutivo Nacional
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