jueves, 18 de diciembre de 2014

Obama ha cumple el último deseo de Fidel Castro y resucita el Fidelismo


La Habana. El presidente Obama acaba de satisfacer el último deseo del dictador Fidel Castro:  el regreso de los tres espías cubanos que se encontraban en cárceles norteamericanas por ser sorprendidos en su labor de espionaje que facilito el asesinato de cuatro valientes  pilotos cubanos, salvadores de las vidas de cientos de cubanos náufragos en el Estrecho de la Florida.

Pero no todo queda ahí. El mandatario estadounidense concede incondicionalmente el restablecimiento de las relaciones diplomáticas entre Cuba y los EU, el mejoramiento de las comunicaciones y una posible erradicación del embargo  incluyendo todas las restricciones que impedían una libre interrelación entre ambos países. 

A quien te golpee en una mejilla colócale la otra, parece que intenta   demostrar Obama esta esencia del cristianismo, pero en este caso no es la mejilla de Obama la que recibe el golpe, sino la mejilla de  disidencia de Cuba cientos de veces golpeada,  la parte del pueblo más sufrida y sacrificada solo por pensar diferente y con la cual no creo que se haya contado.

El actuar de los distintos gobiernos norteamericanos durante las casi seis décadas de dictadura, ya sean demócratas o republicanos, de extrema o moderada derecha, unos más y otros menos, con propósitos misericordiosos  o perversos; todos han sido un obstáculo para la expulsión de la dictadura del poder.  Aparentemente han beneficiado al pueblo de Cuba aceptando los miles de exiliados  y flexibilizando el embargo.

En la realidad este comportamiento solo ha satisfecho la egolatría de Fidel Castro, en cada ocasión que la olla social ha estado a punto de estallar, o sea que la dictadura ha entrado en una profunda crisis política los EUA la destapan y ponen fin a la crisis, así ocurrió en los años ochenta en el gran éxodo por el Mariel, también en el 94 con los balseros, que dicho sea, no fue una emigración, sino una invasión al territorio norteño, que los EUA permitieron, y luego le concedieron  al señor Fidel Castro  un tratado de emigración  permanente de veinte mil visas  anuales para evitar nuevas crisis. 

Hoy el sistema político, social y económico se encuentra en la peor de sus crisis, está al borde de colapsar y esta vez el gobierno norteamericano, no solo evita el colapso, sino que por primera vez reconoce legalmente el gobierno bajo las reglas dictatoriales y las condiciones impuestas por el régimen castro comunista excluyendo de toda negociación a la oposición democrática, que de cualquier forma, aunque no esté compactada como una fuerte oposición política por las adversas  condiciones en que se ha creado, si se ha demostrado que conforman una sociedad civil opositora. 

Una vez más y ahora no solo por parte de la dictadura, sino por el gran país del norte donde impera la democracia quedan excluidas las minorías, y no solo excluidas sino a expensas de ser linchadas políticamente, porque el pueblo necesitado, mísero y hambriento aceptan la esperanza que les brinda el poder sin percatarse de la nueva trampa, es como el náufrago desesperado que se aferra a cualquier objeto que flota aunque sea la cabeza de un tiburón.  

Ese pueblo que un día grito  por las calles “paredón, paredón” sin saber ni a quien le iban a quitar la vida, lo volverían a gritar de distinta forma contra nosotros los pensadores diferentes al sistema si  solo se le comunicara que intentamos condicionar las relaciones entre los dos países. 

Pero pienso que esto no queda aquí. La prensa controlada por el poder comunista, incluyendo la de Venezuela y algunos países de América reactivaran los sentimientos anti-norteamericanos  y realzaran las supuestas virtudes del gran dictador Fidel Castro cumpliendo lo prometido- claro- menos la promesa al pueblo cubano de prosperidad, paz, respeto a sus derechos y libertad con que comenzó para incentivar la  revolución.  

Prometió que los espías volverían sin cumplir las sanciones  y lo cumple, algo que en realidad no lo veo mal, estos hombres  como Allan Gross y los demás presos políticos son víctimas del régimen totalitario y de sus gobernantes y esos no van a ir a prisión, menos ahora  con el apoyo incondicional por parte del gobierno de los EEUU.

Obama  ha cumplido el último deseo de Fidel Castro. Para desgracia de Cuba siempre aparece alguien que resucita el fidelismo, -claro- cuando la dignidad está sepultada.



Por Agustín Lopez Canino

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