lunes, 16 de junio de 2014

Su Patria es la transacción y su moral es el dinero


Comentarios Adicionales a la Carta de los 40

Las naciones que han caído en el vasallaje político suelen acostumbrarse a rendir tributo a los que las dominan mediante sistemas de control social, donde los poderosos lucran con el trabajo de los más desafortunados. Esto ha sido así a través de los siglos; bajo las hordas primitivas, las aristocracias feudales, o los Partidos Socialistas Únicos.  

El castrismo a utilizado el modelo de Partido Socialista Único para dominar y maltratar a la nación cubana, con el resultado que hoy un ínfimo porcentaje de la población controla toda la riqueza del país, y mas de un 99% de su mano de obra es mano de obra esclava - sobreviviendo en niveles de miseria que se igualan a las sociedades mas paupérrimas de la tierra.  

La cúpula de mando de las Fuerzas Armadas y de ese Partido en Cuba concentra para si todo el poder político, económico y militar, y para retenerlo ha sabido matar, torturar, dividir familias, apropiarse y destruir las artes, la arquitectura, la agricultura y la industria del pais, crear pobreza de espíritu y de vida, humillar a las buenas personas, robar el patrimonio nacional y exiliar a media nación, acosar, delatar, extorsionar y obligar a mantener silencio al que habla la verdad o busca ganarse el pan fuera del ámbito estatal, mentir en todo, encarcelar y violar los derechos civiles y humanos de cada ciudadano - entre otros talentos dantescos.  En fin, ha sabido destrozar en 55 años lo creado mediante el trabajo honrado por mentes innovadoras y espíritus empresariales durante los otros 467 años de historia de Cuba.  Sin embargo, ésta cupula no ha sabido sostener al régimen por su propio esfuerzo; más bien ha sobrevivido dependiendo en primera instancia de la Unión Soviética, y hoy del gobierno caótico de Venezuela.  

El comunismo cubano aparece hoy de capa caída.  No ofrece visión de vida, no ofrece credibilidad a sus seguidores y no tiene talento para producir bienestar.  En el no hay gloria ni redención.  Existe al acecho del próximo colaborador o cretino que le de la mano.  

Y, catorce cubano-americanos ofrecen esa mano 

El 19 de Mayo del 2014, en momentos cuando el régimen de Cuba busca el acceso al capital estadounidense, catorce (14) cubano-americanos suscriben la llamada carta de los 40, bajo el título de “Support Civil Society in Cuba”, promoviendo el levantamiento del embargo estadounidense de manera solapada - una gestión del Cuba Study Group, liderado por Carlos Saladrigas.    

Los 14 firmantes cubano-americanos conforman un grupo distinguido de personas que han triunfado en el mundo corporativo. Lo que sucede es que al parecer no se dan cuenta de que lastiman profundamente a la nación ultrajada por los que ellos ahora intentan apoyar.  Dicen que fomentarían el desarrollo de la Sociedad Civil.  Los decentes entre ellos parece no estar conscientes que eso no va a suceder bajo los Castro.  Los no decentes entienden que estarán tomando ventaja.  

Es plausible que tengan algún éxito con su gestión. Pero es probable que no, y habrán topado con una muralla de dignidad nacional en la diáspora, compuesta por cientos de miles de otros cubano-americanos que también han triunfado en sus empresas, en la banca multinacional, en el mundo corporativo, en el sector público, en la artes, en sus oficios, y en todos los campos de la sociedad.  Estas reservas de la patria tienen por delante décadas de vida activa, y su contraparte dentro de la Isla crece a paso agigantado.  De aquí en adelante, la oposición democrática en Cuba va en ascenso, mientras los que sirven al despotismo decaen y buscan la manera de zafar el cuerpo.   El fin del castrismo es inevitable. 

Al identificar los antecedentes y capacidades de los cubano-americanos que firman la carta, coincidimos con otros que han comentado el tema, en que estos señores no muestran gran interés de promover la “sociedad civil” en Cuba para arribar a una democracia representativa. A casi ninguno se le ha conocido la dedicacion de su tiempo y atención a la promoción de los derechos humanos en Cuba o a la libertad de la nación.  Es seguro que entre ellos encontremos individuos honestos que sencillamente no tienen nocion de lo que están haciendo: algunos que respetamos e incluso otros que hemos considerado amigos.  De hecho, creo que fui yo quien introdujo a Saladrigas a la faena de ayudar a fomentar la democracia en Cuba.  Quedé sorprendido cuando años después comprendí que sus intenciones eran las que ahora demuestra. 

En fin, se podría vislumbrar los tipos de negocios que cada uno de los 14 cubano-americanos van a buscar a Cuba en sociedad con los Castro.  Pero ese es otro tema.  El punto es que son individuos (homo economicus) que han descubierto el negocio en la política de Cuba.  Su Patria es la transacción y su moral es el dinero.  Ese es su entrenamiento.  Su talento y recompensa están en función de su habilidad para estructurar y concluir la negociación. Por tanto, cuando les venden una posible oportunidad, no hay bandera o ideologia que valga.  En este caso, visualizan cómo adquirir concesiones económicas en Cuba a precios de remate y establecerse como parte de la oligarquía criolla en las primeras fases de un neo-mercantilismo que estiman va a surgir y consolidarse. A cambio, tendrán que canalizar capital y conocimiento a favor de los déspotas hoy insolventes e impopulares que ostentan el poder.  

Es predecible que un buen porcentaje de ellos se retiren una vez se adentren en el meollo de las cosas.  No encontrarán las garantías que requiere una inversión prudente.  O, no van a querer contaminarse. 

Los que procedan, emplearán las prácticas comerciales a las cuales están habituados, y en algunos casos ganarán por ser oportunistas dispuestos a convertirse en explotadores del trabajador cubano.  Serán los nuevos carpetbaggers*. También ganaran notoriedad como capitalistas cabilderos o crony capitalists, cuyo éxito depende de poder establecer relaciones estrechas con los funcionarios del gobierno cubano y la cúpula político-militar encabezada por los Castro.   

En esta iniciativa, aparentemente los motivan dos cálculos: Primero, la muerte de Fidel Castro podría liberar la repartición de la riqueza publica mas allá del seno familiar, y el de los allegados políticos.  Segundo, que Raúl Castro con su plana militar estará dispuesto a compartir con estos cubano-americanos el pastel nacional.  

El cálculo no seria errado mientras Raúl Castro se encuentre vulnerable, pero entonces los 14 serán cómplices del rescate de un totalitarismo que ya debe terminar.  Pero sí seria una equivocación mientras Raúl Castro esté convencido que, por sus propios méritos, puede conservar el poder.  El castrismo, por su naturaleza, solo compartiría con los capitalistas que ellos consideren compañeros de pura cepa. No basta con ser oportunista, arrastrado y obsequioso.  A esos los mascan y escupen a cada rato.  Los cubano-americanos que procedan con esta iniciativa tendrán que servir al totalitarismo castrista en múltiples aspectos.  Y entonces quedarán marcados.

Los que procedan, así como los que componen el Cuba Study Group, aunque no participen de la piñata, se convertirían en instrumentos de un régimen nefasto que intenta levantar el embargo estadounidense en forma total o parcial por estar en bancarrota. ¿Cuántos de los que han firmado el documento están concientes de que su iniciativa contribuira a consolidar al castrismo por tiempo indefinido?

Los 14 cubano americanos no pueden ser tan ingenuos que consideren que el castrismo va a abandonar su misión de expansión del “socialismo del Siglo 21” a través de América Latina y el Tercer Mundo; ni sus alianzas económicas, políticas y militares con China, Irán y Rusia; ni tampoco desistir de su influencia hacia una transformación socialista en los Estados Unidos. Mucho menos, impulsar reformas que ponga en peligro su estancia en el poder.

La propuesta, según se entrevé en la carta de los 40, es verdaderamente un acto de profunda deslealtad. La estrategia del documento a Obama promueve el desarrollo de fuentes de riqueza a favor del castrismo, sin que eso afecte el control totalitario sobre la población, ni permita siquiera la oxigenación del país.  Y beneficia solo a los firmantes, personalmente.   

Según formulas históricas los que participen entre los 14, tendrían que someterse a la justicia en una Cuba democrática por haber colaborado con la esclavitud del trabajador cubano. Sus inversiones y contratos serían anulados, y se les exigiría la debida compensación a la nación y a la fuerza de trabajo que fue mal pagada.  De estas medidas punitivas no se escaparía nadie.

Mas allá de las penalidades económicas, los 14 cubanos se exponen a diversos litigios y demandas por colaborar con el totalitarismo Castrista.   El hecho de haber nacido en Cuba o descender de cubanos los coloca en una categoría distinta a la de otros extranjeros.   

Por José Antonio Font, 

José Antonio Font es fundador de la Alianza Democrática Cubana - organización sin fines de lucro.   La Alianza, en sociedad con Cuba Independiente y Democrática - CID - han unido esfuerzos en su trabajo para la democratizacion de Cuba. Preside Font International Corp., empresa dedicada al financiamiento y desarrollo de proyectos. Es graduado de la Escuela de Servicio Internacional, “The American University, Washington, D.C.”, con concentraciones en Comercio Internacional y Economia.  Mas tarde curso estudios post grado en Banca de Desarrollo y Finanza Internacional en “The American University”.

* “Carpetbaggers” es un termino utilizado para describir a personas que llegaron al Sur durante la fase de la reconstrucción post Guerra Civil estadounidense, para lucrar con la devastación en que había quedado el territorio Confederado. Eran detestados por identificárseles como oportunistas y explotadores.


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